Duarte y Ruiz Esparza, bajo el mismo manto
ALMA GRANDE
Por Ángel
Álvaro Peña
La fotografía de Javier Duarte de Ochoa vuelve a aparecer en las
primeras planas de los diarios de circulación nacional. Es el hombre noticia,
la intentona de una legalidad deteriorada por reivindicarse ante una población
que no cree en los sistemas de justicia.
Y cómo creer cuando el caso de Javier Duarte es un simple arreglo
burocrático que lo conducirá a la cárcel por unos cuantos años mientras que los
miles de millones que saqueó del erario de Veracruz nunca regresarán a su
verdadero propietario.
Los mexicanos se preguntan cómo creer en un sistema de justicia,
cuyo gobierno expone ante todos los reflectores posibles a Javier Duarte,
mientras oculta la culpabilidad de otro ladrón similar que es el secretario de
Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza.
La llegada de Javier Duarte a México debe ser noticia de un rincón
en las páginas políticas o policiacas, pero no un caso de primera plana.
Ahí está la ausencia de investigación sobre las causas del socavón
en Morelos, donde murieron dos personas y a pesar de que las autoridades sabían
del problema nunca actuaron en consecuencia.
La estrecha relación del secretario de Comunicaciones y
Transportes, su cercanía, su antigua amistad con el presidente de la República,
son razones más que suficientes para que no se deslinden responsabilidades de
un hecho que en cualquier otro país, incluso en las dictaduras militares, ya
hubiera detenidos y hasta consignados.
Esa cercanía entre el secretario bajo sospecha y el presidente nos
coloca como uno de los países más corruptos del mundo y no hay poder humano que
pueda sacarnos de esa categoría.
Los mexicanos saben desde hace muchos años, que los delitos
cometidos por funcionarios públicos no son punibles. Prueba de ello es el caso
del propio Javier Duarte, a quien una jueza federal, Sandra Leticia
Robledo Magaña, le otorgó la suspensión provisional contra dos órdenes de
aprehensión dictadas contra el ex gobernador en Veracruz, por los delitos de
abuso de autoridad, incumplimiento de un deber legal, peculado, tráfico de
influencia y coalición. En unos días más se sabrá si la suspensión de
culpabilidad temporal, será definitiva.
Los abogados defensores se atreven a asegurar que su cliente,
Javier Duarte de Ochoa, es inocente. Lo cual ha indignado a todos los
mexicanos, pero sobre todo a los veracruzanos. Vamos a terminar ofreciendo
disculpas al señor por haber pensado mal de él.
Los mexicanos no creemos en la justicia por esto y muchos otros
casos, como el de la mujer indígena Jacinta Francisco Marcial, a la que
liberaron con una disculpa luego de más de tres años de cárcel, por haber
secuestrado a seis miembros de la AFI, supuestamente entrenados en artes
marciales, manejo de armas e inteligencia. Había sido condenada por nuestra
justicia a 21 años de prisión y fue liberada con un simple “Usted disculpe”.
Ahora Javier Duarte se dice inocente. Declaración de su abogado
que deja perpleja a la opinión pública y que tiene que ver con un espectáculo
mediático muy bien orquestado para que la gente voltee a ver al delincuente
impune de Duarte y no vea hacia la secretaría de Comunicaciones y Transportes.
Desde la llegada del ex gobernador a México, los encargados de
procurar y administrar justicia muestran el destino que tendrá un
delincuente sin precedente en la historia de Veracruz, camino hacia la
impunidad.
Así que de investigarse a fondo a Gerardo Ruiz Esparza, los
mexicanos sabemos que podría verse forzado a renunciar, cosa que dudamos, pero
nunca pisará la cárcel. Ser amigo del presidente es sinónimo de impunidad.
Aldesa y Epccor, las empresas constructoras del tramo carretero conocido como
Paso Exprés, son responsables de la pérdida de dos vidas. Tienen un
impresionante historial de corrupción que viene desde el siglo pasado y eso lo
sabía la SCT.
Pero en política no hay amistad o hermandad, hay complicidad y el
deslinde de responsabilidades del accidente ocurrido en el Paso Exprés de
Morelos, debe tener un castigo, no solamente despedir a un funcionario estatal
sin investigación, más por impulso que por justicia.
Ahora imaginemos la posición de esos mismos medios donde aparece
la fotografía de Javier Duarte en primera plana, en caso de que Ruiz Esparza
perteneciera a otro partido, por ejemplo, Morena, seguramente la fotografía de
Ruiz Esparza estaría en las primeras planas y no la del ex gobernador. Desde
luego exigiendo justicia, cárcel, desafuero, y hasta cadena perpetua. Esto ya
ha sucedido en México, no es ninguna novedad.
Un simple ejercicio de imaginación democrática. De fantasía
democrática.
Esto quiere decir que Javier Duarte y su sonrisa eterna, pasa a
ser un distractor y no una noticia que interese en realidad a los mexicanos.
Los distractores no lo serían sin una directriz, sin una
sugerencia que se convierte en orden y debe cumplirse. Así, los distractores no
serían nada sin su instrumento, los medios de información. El distractor es la
flecha y el medio es el arco que la lanza certera a la inconsciencia de la
población.
Pero esta vez los medios de información han respondido con furia
ante la impunidad de un secretario de Comunicaciones y Transportes que
pareciera no preocuparle nada más que estar bien peinado. La indignación rebasa
la consigna que, en caso de existir, seguramente llegaba de muy arriba.
Por su parte, el ex gobernador ahora justifica su risa burlona,
desde que lo detuvieron sabía que su delito no se castigaría porque cuenta con
la bendición de la máxima autoridad del país, a quien todo el planeta voltea a
ver como símbolo de corrupción e impunidad.
Ningún camino será seguro mientras se haya construido bajo la
gestión de Gerardo Ruiz Esparza, pero eso no importa a la clase dorada de la
burocracia mexicana. Ellos viajan avión o en helicóptero, qué puede importarle
a ellos la buena o mala construcción de un camino, si sus vuelos son más
altos.
PEGA Y CORRE.– Sin duda este tipo de cobijos y
protecciones repercuten en la imagen del Presidente de México y el rechazo de
la gente no se hace esperar. Más de 200 campesinos impidieron el paso del
presidente Peña Nieto, quien grabaría un promocional para su Quinto Informe de
Gobierno en la zona de reserva de la biosfera Cuicatlán-Tehuacán. Los
habitantes bloquearon la carretera Tehuacán-Huajuapan para impedir el paso de
la comitiva. Esta
columna se publica los lunes, miércoles y viernes.
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y comentarios, escríbenos a:
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