DESDE EL CAFÉ
BERNARDO GUTIÉRREZ PARRA
Flavino Ríos en libertad absoluta
Viernes, 26 de Octubre de 2018
En la lista de candidatos al penal de
Pacho Viejo del gobierno duartista acusados de cometer cualquier cantidad de
delitos, no aparecía el nombre de Flavino Ríos Alvarado a quien le tocó
desempeñarse como gobernador interino los últimos 49 días de esa convulsionada
administración.
Y si no aparecía fue porque no robó, no malversó fondos públicos, no tuvo nada
que ver con empresas fantasma, no desvió recursos ni abusó de su autoridad.
Cumplió a cabalidad como Secretario de Gobierno, también como gobernador
interino y entregó el poder sin sobresaltos. Pero la consigna de parte de su
sucesor era joderle la existencia a como diera lugar y se la jodieron.
En marzo del año anterior, Ríos Alvarado fue detenido por agentes ministeriales
acusado de haber ayudado a escapar a Javier Duarte. Un testigo dijo que lo vio
llegar al aeropuerto de El Lencero y ordenar que se facilitara un helicóptero a
Duarte para que se pelara. “¿Usted lo vio?” “Si su señoría, yo lo vi con estos
ojos”.
Y con eso quedó sellado su destino.
De nada valió que su defensa alegara que el día y la hora de su supuesta visita
a El Lencero, Flavino había estado en su despacho atendiendo asuntos inherentes
a su cargo y recibiendo palabras de aliento por haberse sacado al tigre en la
rifa. La Fiscalía General del Estado solicitó y obtuvo para el ex funcionario
prisión preventiva de un año acusado de tráfico de influencias, abuso de
autoridad y encubrimiento por favorecimiento a Javier Duarte.
Más parcialidad, imposible.
El día de su aprehensión Flavino declaró a una estación de radio: “Me encuentro
detenido en la ministerial, en Xalapa. Estoy bien, no he cometido ningún delito
y lo voy a demostrar en el juicio. Se me acusa de que supuestamente presté un
helicóptero a un ex gobernador. Demostraré que soy inocente y que no tengo
responsabilidad en nada. Confío en la aplicación de la justicia”.
Pero la justicia veracruzana no fue muy aplicada y se ensañó con él al grado de
enviarlo al hospital con un conato de infarto.
Desde ahí siguió su defensa y demostró de manera fehaciente que fueron puro
cuento las acusaciones de la FGE. Tan es así que este martes el juez segundo de
distrito, Alejandro Quijano Álvarez, dijo que tras analizar las pruebas de
descargo que presentó Flavino Ríos Alvarado, en prisión domiciliaria, no
encontró datos suficientes que determinen que el exfuncionario haya incurrido
en los delitos de abuso de autoridad, tráfico de influencia y encubrimiento por
favorecimiento, y en consecuencia, le otorga el amparo y ordena a la jueza Alma
Aleida Sosa Jiménez, emita una nueva resolución.
En un expediente de 82 fojas, el magistrado analiza a detalle cada una de las
pruebas que presentó la FGE, así como las presentadas por Flavino Ríos y
manifiesta: “Se considera incorrecto lo establecido por la jueza responsable,
ya que los datos de prueba que obran en actuaciones no son suficientes, idóneos
y pertinentes para concluir que existía la posibilidad de que el quejoso
cometió o participó en la comisión de los hechos que la ley señala como delitos
de abuso de autoridad y tráfico de influencia”.
A Sosa Jiménez debió caerle como patada al estómago que un colega le corrigiera
la plana. Pero si lees una por una las 82 fojas, lector, te darás cuenta que al
juez Quijano Álvarez le asiste la razón y de paso le da una cátedra de derecho
a la jueza de Pacho Viejo.
¿Qué sigue ahora? Que Alma Aleida acate la orden, ponga en libertad absoluta a
Flavino Ríos Alvarado y fin de la pesadilla.
Pero lo que es tranquilidad para unos es preocupación para otros.
Casi todo mundo dice en Veracruz que
así como Miguel Ángel Yunes y su ayudante el Fiscal Jorge Winckler han sembrado
tormentas, así cosecharán tempestades.
Yo pienso que van a cosechar hasta huracanes.
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