Adiós A Los Inspectores
ALMA GRANDE
Por: Ángel Álvaro Peña
La visión del nuevo gobierno radica en la tranquilidad y el
equilibrio. Tranquilidad para la población y equilibrio para la política.
Aunque hay algunos que no saben de dónde sacar los contrapesos, y en busca de
estabilidad suelen desbocarse en críticas y dudas.
Desde luego que toda democracia exige rendición de cuentas y
explicaciones sobre los hechos, pero en este caso lo que se hace con el próximo
gobierno es descalificar todo lo que dice que se puede hacer, y no se dan
cuenta sus críticos, que cuando empiece a gobernar Morena en Palacio Nacional,
las críticas estarán más desgastadas que las propias disposiciones de gobierno
y que las decisiones de la próxima administración.
Un claro ejemplo de esta serenidad en la que debe vivir cada
residente del país es esa persecución, a veces de miedo, y muchas ocasiones
terror, que experimentaba respecto a los inspectores, ya fuera de Hacienda, de
Profeco, de Economía, de las autoridades sanitarias y de las que protegen el
ambiente, solían mantener a raya a la población, no en orden sino amenazada.
El comerciante temía que un castigo injusto llegara al extremo del
cierre de su negocio en la vía pública, y hasta las sexoservidoras eran
víctimas de la extorsión de “las autoridades”, al gasolinero le daba miedo
trabajar por no ser extorsionado por quienes aseguraban que expedía litros de
900 mililitros, sin tomar en cuenta muchas de las características físicas y
químicas de los energéticos.
El mexicano sabe trabajar sin miedo, conoce las leyes, las
respeta, pero si un inspector llega cada semana a cobrar una cuota, como si se
tratara de derecho de piso, por hacerse de la vista gorda de probables excesos
del comerciante, pues este tenía que violar la ley, alterar el orden para poder
mitigar el gasto que implicaba darle a los inspectores sus propinas
semanalmente.
En este tipo de tareas Profeco tenía un lugar destacado, porque
con ello se demostraba demandar artificialmente, que los comerciantes eran
corruptos, siendo que los verdaderos delincuentes estaban en Profeco, quienes
extorsionaban lo mismo al dueño de una gasolinera, que al de un restaurante o
al de un bar.
El presidente electo fue claro al decir que los inspectores de las
dependencias federales ya no existirán en su gobierno. Esto no implica que no
haya supervisión o que surja el desorden. Sólo entonces se sabrá si los
comerciantes, si las gasolineras cumplen con la ley, porque hasta el momento
sólo se les ha descalificado, en nombre de la corrupción que implicaba cada
visita de los inspectores.
En estos años se satanizó a gremios, se desprestigió a mexicanos
responsables en nombre del cumplimiento de las leyes, y lo único que se hacía
era hacer de la inspección una fuente de enriquecimiento ilícito que permeaba
en todos los niveles a las instituciones que los priistas tanto defendieron en
campaña, como si ellos las hubieran cubierto de gloria y honestidad.
En Durango, el presidente electo anunció que los inspectores de
instituciones como el Servicio de Administración Tributaria, Salud, la
Procuraduría Federal del Consumidor, entre otros, ya no existirán y que el
ciudadano sólo tendrá que firmar un documento asegurando que “es consciente” de
que debe actuar con rectitud.
“Ya no va a ser así, los inspectores se van a encargar de otras
actividades, pero ya no van a andar revisando. Vamos a confiar en el
ciudadano”, comentó Andrés Manuel López Obrador.
En México el inspector era eje de la corrupción, desde luego no
todos trabajaban de esa manera, pero la mayoría buscaba esos cargos, que se
subastaban al mejor postor. Se sabía que el dinero que implicaba la compra de
esa plaza, se recuperaría muy pronto, y la corrupción iniciaba con la
compra-venta de estos puestos que eran ganancia segura para los inspectores que
además de todo carecían de capacitación alguna para realizar su tarea,
simplemente eran inspectores y eso los hacía inmunes a cualquier error o
improvisación.
Profeco en esto se llevaba la medalla de oro. Era común que en
algún restaurante sus “inspectores” o simples empleados con credencial de la
dependencia, comieran y hasta pidieran postres para llevar sin pagar, y sin que
hubiera siquiera propina para los meseros, a quienes no trataban con cortesía
sino como sus esclavos.
No hay restaurantero en la Ciudad de México que no le temiera a
los inspectores de Profeco.
El caso de la Lady Profeco fue muy conocido, pero sucede todavía.
La hija de Humberto Benítez Treviño, titular de la Profeco, ordenó clausurar un
restaurante en la colonia Roma, debido a que no le otorgaban la mesa que ella
solicitaba, en abril de 2013.
La mujer de triste reputación fue denominada por los medios como
“Lady Profeco”, y su nombre, Andrea Benítez, fue olvidado para tener que
soportar un apodo que su prepotencia y autoritarismo le impusieron.
La acción le valió la destitución de su padre de la institución.
Sin embargo, no sólo eran los restaurantes y los bares donde los
empleados de la Profeco hacían de las suyas en beneficio propio y de sus jefes,
las gasolineras eran un objeto para la cúpula del poder en la Profeco, a grado
tal que había cuotas en escalera, donde la cadena empezaba en el inspector y
llegaba a grandes alturas.
En julio de este año, el caso del Director Nacional de
Verificación y Vigilancia de la Profeco, José Guadalupe Aguirre Solís, fue por
todos conocido. Tenía en su poder 275 mil pesos, cuya procedencia no pudo
acreditar, por lo que fue puesto a disposición del agente del Ministerio
Público de la Federación, por el presunto delito de lavado de dinero; sin
embargo fue liberado luego de una llamada telefónica cuyo origen tampoco se
pudo conocer, en la que pidieron que lo soltaran.
Por fin los inspectores se van y los comerciantes, los empresarios
de todos los tamaños demostrarán que no sólo conocen las leyes sino que saben
respetarlas: no son menores de edad para actuar bajo amenaza ,ni beneficencia
pública para mantener holgazanes. PEGA
Y CORRE.- Veracruz terminará el año con el récord de
periodistas asesinados en el país. De 2000 a la fecha, se han registrado 139
periodistas asesinados, 20 desaparecidos y 52 atentados contra instalaciones de
medios de comunicación. La verdad en la entidad es motivo de exterminio …Esta columna se publica los lunes,
miércoles y viernes
Dudas
y comentarios:
angelalvarop@hotmail.com
Facebook: PoliticosAD
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