Eso no tiene reversa, señor Peña Nieto
DESDE EL CAFÉ
BERNARDO GUTIÉRREZ PARRA
Lunes, 03 de Septiembre de 2018
Nada que ver el Sexto Informe de
Gobierno de Enrique Peña Nieto con los sextos informes de sus
antecesores.
A los presidentes emanados del PRI los legisladores les aplaudían a rabiar en
su último Informe, independientemente de las barrabasadas que hubieran cometido
en el ejercicio de su administración.
A Echeverría, López Portillo y Salinas les aplaudieron hasta el delirio a pesar
de que devaluaron la moneda, devaluaron al país y nos dejaron en la vil inopia.
A Ernesto Zedillo casi no le aplaudieron los legisladores priistas, pero sí los
de la oposición y sobre todo la raza de bronce ya que fue el primer mandatario
que reconoció el triunfo de un candidato que no era de su partido.
A Vicente Fox y a Felipe Calderón les tocó bailar con la más fea porque les
vetaron la entrada al Congreso y se tuvieron que contentar con dar un mensaje
en cadena nacional.
Pero con Enrique Peña Nieto ni eso.
Desde la oficina presidencial de Palacio Nacional, Peña Nieto difundió unos
spots donde trata de justificar su ruina. La ruina de un hombre que no pudo con
el paquete.
Peña Nieto es un mandatario que cargará con la desaparición de 43 normalistas.
A pesar de que se comprobó que fueron atacados por delincuentes, su
desaparición se convirtió en un crimen de Estado. Es un presidente que no supo
lidiar con el conflicto de intereses que provocó una lujosa mansión y le dejó
la bronca a su esposa. Es un presidente que invitó a Los Pinos al gringo más
odiado por los mexicanos y le dio trato de Jefe de Estado cuando aún era
candidato al gobierno de su país.
Es un presidente que permitió que al menos tres gobernadores se enriquecieran
escandalosamente y no movió un dedo para detener el saqueo. Es un presidente
cuyo gobierno está catalogado como el más corrupto de los últimos tiempos (y
miren que la corrupción ha estado presente sexenio tras sexenio). Un presidente
que hasta el pasado 31 de julio está dejando un reguero de 104 mil 602
ejecutados en lo que se considera el sexenio más violento en la historia
contemporánea del país.
Eso sin contar los secuestros, desapariciones forzadas y feminicidos.
Enrique Peña Nieto es un presidente que se negó a remover a colaboradores que
no le funcionaron como Miguel Ángel Osorio Chong, al que se le escapó el Chapo
y es directamente responsable de la violencia que se padece a nivel nacional. A
Gerardo Ruiz Esparza, secretario de Comunicaciones, al que se le cayó todo,
desde un satélite hasta la construcción de dos trenes y una carretera con
tremendo socavón donde murieron dos personas. Tampoco removió a Rosario Robles
a la que sostuvo en Sedesol y después en Sedatu en lugar de mandarla a su casa
por corrupta y corrompida.
“Peña Nieto ha llegado a su sexto y último Informe de Gobierno, en medio del
repudio nacional. Una encuesta de Indicadores SC y ejecentral sobre el acuerdo
presidencial es devastadora para el presidente. Su nivel de aprobación está en
11.2%, el nivel más bajo que se haya registrado en una medición pública a lo
largo del sexenio” escribió el columnista y analista político Raymundo Riva
Palacio.
Sin embargo, Peña Nieto se afana en mostrar los logros de su gobierno en unas
cápsulas a las que nadie hace caso y cuando alguien las mira reciben acres
comentarios.
¿Cómo creerle a un presidente rechazado por nueve de cada diez mexicanos? ¿A
quién le importa alguien así de devaluado? ¿Para qué justificarse y pedir
perdón cuando sus argumentos no van a cambiar la percepción ciudadana?
Quizá dentro de cincuenta o sesenta años, se diga que entre el 2012 y 2018 la
economía creció 4% y el gobierno federal redujo la pobreza de 45.5% a 43.6% y
la pobreza extrema de 9.8% a 7.6%.
Quizá se diga que en ese sexenio no se subieron los impuestos y se redujo el
desempleo. Quizá se pontifique que en los primeros cuatro años del gobierno
peñista hubo récord de empleos con una cifra histórica en los registros del
IMSS de 2 millones 53 mil 195 empleos. Y quien lo diga dirá la verdad.
Quizá en el futuro Enrique Peña Nieto salga mejor evaluado, pero no ahora,
cuando para casi todo mexicano es el peor presidente de la historia reciente.
Peor que Echeverría, López Portillo, Salinas y Fox.
Qué feo debe ser esto para el mexiquense que como paradoja, quiso pasar a la
historia como el mejor Mandatario.
Qué piedra tan pesada sobre su espalda.
Lo malo y lo peor, es que el señalamiento no tiene reversa. Cargará con ese
estigma todos los días de su vida, a menos que en el futuro gobierne al país
otro presidente peor que él.
bernardogup@hotmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario