Su Pasado Los Condena
ALMA GRANDE
Por Ángel Álvaro Peña
Los que callaron por muchos años los excesos de los presidentes
del PRI y del PAN, ahora lo denuncian como una arbitrariedad sin precedentes en
la historia de México.
No sabemos si se debe a la falta de memoria o a exceso de
intereses. Pero así sucede, y todos los días. La oposición, o lo más cercano a
esa definición, considera que es anticonstitucional otorgar mayor poder al jefe
del Ejecutivo, cuando los críticos que ahora se desgarran las vestiduras porque
se trata de crear una alternativa ágil para tiempos de emergencia antes no sólo
lo permitían, sino que eran cómplices de los excesos de este tipo de
atribuciones extraordinarias.
Los coordinadores de los diputados y senadores del PAN, y algunos
del tricolor, insultando la memoria de los mexicanos, se oponen públicamente a
los cambios que propuso el presidente Andrés Manuel López Obrador a la Ley de
Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria para atender la crisis económica por
el COVID-19.
Si estas atribuciones las aprueban los diputados no hay
inconstitucionalidad. La razón es muy sencilla: son tiempos difíciles, de
crisis. Para ofrecer soluciones rápidas a lo que pueda venir, debe haber un
mecanismo ágil para tomar decisiones.
Estamos en las mismas condiciones de una guerra, sólo que aquí el
enemigo es una enfermedad y no hay enemigos, por lo menos armados. Porque el
enemigo está adentro, como puede verse cuando los medios arremeten
sistemáticamente a pesar de la situación crítica que vive México.
Las consecuencias que arrojará el coronavirus son las mismas que
las de una guerra intensa y real: miles de muertos, miles de huérfanos, la
economía caída, pobreza creciente, etc. Es por ello que las decisiones deben
tomarse de manera ágil, y no las tomaría un Presidente que ganó por un reducido
margen de votos ante su competidor más cercano, sino un líder que ganó las
elecciones sin duda alguna y por muy amplio margen.
Viviendo en el pasado, como les sucede a los panistas, el líder
nacional del blanquiazul afirma que el presidente de la República “…Lo que
quiere es gastarse el dinero del pueblo sin que nadie le cuide las manos”, eso
lo hicieron Calderón, Fox, Peña Nieto, Salinas, Zedillo, etc.
El rigor de los actuales gastos del gobierno es transparente, de
otra manera Marko Cortés sería el primero en denunciarlo, y mostraría pruebas,
aunque fuera apócrifas, como los documentos que mostró en los debates
televisivos el candidato de ese partido, Ricardo Anaya.
El pasado jueves 23 de abril, López Obrador envió una iniciativa a
la Cámara de Diputados para que la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad
Hacendaria contemple que, en caso de “emergencia económica”, el Ejecutivo pueda
modificar el destino de los recursos aprobados por los legisladores.
Por esto es el escándalo que quieren denunciar hasta en foros
internacionales. Es decir, no es para tanto, porque está delimitado el destino
de cada peso, sujeto a comprobación y con la debida transparencia, no como se
hacía en el pasado y los críticos de los medios callaron y los actuales
dirigentes partidistas y sus legisladores lo permitieron con su silencio.
Si hubiera opacidad el pueblo debe reclamarlo a través de los
líderes de los partidos, pero ahora que no sucede nada, son los líderes que
reclaman lo que consideran que sus representados pueden pensar. Es decir, son
adivinos. Ellos representan, no son autónomos. PEGA Y CORRE. – Bien dicen que no hay
nada peor que los tontos con iniciativa y en el caso del furibundo Javier
Lozano, el dicho cabe muy bien, porque se acomidió a ser el vocero especial de
la Coparmex para “la defensa del Estado de Derecho”. El presidente de la
Confederación Patronal de la República Mexicana, Gustavo de Hoyos, fue el
encargado de tan desafortunado hecho. Un vocero debe ser, para empezar,
simpático, y ahí empieza otro error de Gustavo de Hoyos. Los medios ahora
tendrán que soportar la neurosis crónica de Lozano…Esta columna se publica los lunes,
miércoles y viernes.
angelalvarop@hotmail.com
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