COLUMNA



Se desinfla Anaya

ALMA GRANDE

Por Ángel Álvaro Peña


La figura de Ricardo Anaya, precandidato de la coalición Por México al Frente, empieza a desinflarse. La rápida subida a los cuernos de la luna del queretano, ahora se convierte en bajada.

El candidato a la presidencia de la República al que menos trabajo le ha costado llegar a esa posición es precisamente Ricardo Anaya, quien hace siete años no era conocido en el país, sólo en su estado natal y eso, por la gente interesada en el desarrollo político de la entidad. Sin embargo, en ese mismo lapso, tanto Meade como López Obrador, tenían una presencia nacional, el primero como Secretario de Energía, cuyo desempeño inició en 2011; y López Obrador, ya competía entonces por la Presidencia de la República.

El oportunismo que le permite subir en la estructura del PAN implica una insuperable habilidad por el arribismo. El mismo año que se inscribe en el PAN de su estado, se convierte en diputado local. Es decir, a unos días de haberse integrado como militante es un funcionario público electo por la gente.

Es precisamente en Querétaro donde inicia el proceso de enriquecimiento del actual precandidato a la Presidencia de la República por el Frente. En esa entidad creó una fundación que se convirtió en un negocio inmobiliario.

La revista Proceso muestra documentación oficial de la fundación donde se aprecia su creación luego de ocupar el cargo de secretario particular del gobernador Francisco Garrido Patrón.

El siguiente año Anaya recibió un depósito de 1 millón 650 mil pesos del empresario Abraham Jaik Villarreal, dueño de JV Construcciones Civiles; que invirtió en un terreno, expropiado previamente por el entonces gobernador panista, donde construyó un edificio que en 2016 se vendió en 7 millones 854 mil pesos a la empresa Agacel Agregados Asfaltos, copropiedad de Lorena Jiménez Salcedo, presidenta de la Confederación Patronal de la República Mexicana en Querétaro.

La fundación “sirvió para encubrir una complicada triangulación de recursos, en un negocio inmobiliario que les dejó jugosas ganancias”, explican incluso correligionarios de Ricardo Anaya.

Anaya reconoce que como presidente de la fundación compró el terreno, pero dejó el cargo de presidente de la fundación en 2014 y dijo no saber quién lo sucedió. Es decir, se desentendió de una fundación que creció paralelamente a su carrera política. Pero todo mundo sabe, menos Anaya, que su sucesor en dicha fundación fue el actual líder estatal del PAN, José Luis Báez Guerrero, el 15 de mayo de 2014.

En lugar de cumplir la fundación con su cometido que se anuncia como impulsar y fortalecer la conciencia democrática de los queretanos y su formación cívico-política, la fundación sirvió para encubrir una triangulación de recursos.

Anaya aseguró que la Fundación Por más Humanismo A.C., “jamás recibió un solo centavo de recursos públicos” y actuó siempre apegada a derecho y sin fines de lucro.

La denuncia de este caso es considerada por el ex líder panista como parte de la guerra sucia, porque asegura estar creciendo en las encuestas.

Felipe Calderón señaló que no es un tema de recursos públicos o privados, sino de simulación de personas y actos jurídicos con fines de lucro. “Además, los terrenos eran del pueblo de Querétaro, y después de varias maniobras quedaron en manos de Ricardo Anaya, quien entonces era particular del gobernador“, escribió el ex presidente en Twitter.

El senador panista Ernesto Cordero, dijo también vía Twitter: “La autoridad debe investigar“. Ricardo Anaya se defendió argumentando que, a principios de 2009 el Comité Directivo Estatal del PAN en Querétaro, cuyo presidente era Edmundo Guajardo Treviño, lo nombró responsable del proyecto para que el partido tuviera sede propia.

Ochoa Reza, líder del CEN del PRI, aseguró que Anaya posee propiedades valuadas en 308 millones de pesos que le fueron encontradas a él y su familia política por el diario El Universal, el año pasado.

Andrés Manuel López Obrador, calificó al aspirante panista Ricardo Anaya como “un mafiosillo”, luego del reportaje publicado por el semanario.

Ricardo Anaya se casó con la hija de un empresario queretano a los 26 años, Carolina Martínez Franco, cuya familia se ha enriquecido inexplicablemente desde el principio de dicha unión.

Sus suegros, Donino Ángel Martínez Diez y Maribel Natalia Franco, incrementaron su riqueza inmobiliaria, al pasar de cuatro a 17 empresas e incrementar de seis inmuebles, que tenían un valor de 21.9 millones de pesos, a 33 con un valor aproximado de al menos 308 millones de pesos.

Según investigación de El Universal, de más de 50 actas notariales asentadas en el Registro Público de la Propiedad y del Comercio de Querétaro, se comprobó que el propio Anaya; su esposa, Carolina Martínez Franco; sus suegros, y sus cuñados, José Ángel y Natalia, forman parte de este conglomerado.

También están implicados sus concuños Ivonne Margarita Vera y José Luis Sáinz; los hermanos de su suegro, Jesús, Manuel Alonso, Mercedes, José Manuel y José Luis, y sus primos políticos, Lorena, Diego Martínez Rodríguez y María Rosa Rodríguez, quienes son dueños o accionistas de 17 empresas en diferentes ramos.

La aparente honestidad del precandidato del Frente a la Presidencia de la República es inexistente. A pesar de que el líder nacional del PAN, su sucesor Damián Zepeda, que es de Hermosillo, defiende a su precandidato a capa y espada, Ricardo Anaya se niega sistemáticamente a ir de gira a esa entidad. Ahí repudian a uno y a otro.

La trayectoria del líder nacional del PAN es muy similar a la del propio Anaya, ya que Zepeda Vidales se casó con la hija de un empresario, Ivonne Robinson Bours González, quien es familiar de los propietarios de la empresa Bachoco, una especie de monopolio del pollo y el huevo en el país. También familiar del ex gobernador priista Eduardo Bours Castelo, Bours Castelo es señalado como corresponsable del incendio de la guardería ABC, por omisión, donde murieron 49 niños.

Por si esto fuera poco, el Congreso de la Unión analiza una denuncia por el presunto desvío de más de 700 millones de pesos para la campaña del presidente nacional del PAN, Damián Zepeda Vidales, cuando en 2015 se postuló como candidato a presidente municipal de Hermosillo, Sonora.

A estas acusaciones, tanto Zepeda como Ricardo Anaya, aseguran que se trata de parte de la guerra sucia orquestada por el PRI, como evidente muestra de desesperación ante la caída de su candidato. PEGA Y CORRE.- Los daños causados por Javier Duarte de Ochoa no se limitan al robo de dinero de las arcas, sino que, sin importarle el deterioro del ambiente, el ex gobernador otorgó el permiso correspondiente a un proyecto que afecta los arrecifes de la costa veracruzana, el 21 de noviembre de 2013, según denunció la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente, instancia que advierte sobre los riesgos ambientales al Sistema Arrecifal Veracruzano, por la ampliación autorizada sin previo conocimiento del daño que imponía al ambiente… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.


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