Cómplices de Duarte al acecho
ALMA GRANDE
Por Ángel Álvaro Peña
La
oleada corrupta del PRI en Veracruz choca con los equilibrios que desde el
centro se buscan para establecer la paz social en la entidad.
Los
esfuerzos que se desprenden de la buena labor de la política interna del país,
parecen topar con pared en ese estado, agredido por el ex gobernador Javier
Duarte y sus cómplices, todos ellos, parte de su gabinete, todos ellos ex
líderes estatales del PRI.
La
lucha es intensa por la preservación de la impunidad en un estado devastado por
la corrupción.
Con
estos objetivos fijos y poco claros el tricolor de Veracruz se convierte en un
verdadero lastre para el partido y para el gobierno federal que se ha
convertido en el ente que justifica algunas de las acciones de los priistas
veracruzanos.
Los
priistas en Veracruz son un grupo de personajes ligados a Javier Duarte, todos
ellos tuvieron el PRI estatal en sus manos, lo amoldaron a la medida de las
necesidades de Fidel Herrera, de Javier Duarte, pero sobre todo de ellos
mismos, luego fueron llamados, uno a uno, a colaborar con éste por periodos de
tiempo irregulares, según las necesidades de los latrocinios, cuya acción
imponía lugar y espacio.
Así,
este grupo de hampones van de un cargo a otro en detrimento del erario y en
favor de sus bolsillos. La impunidad los protege. Los que ahora son diputados
federales priistas, fueron líderes estatales del tricolor, en su momento y
ahora no buscan sino colocarse dentro el presupuesto que les permite tener un
salario seguro, pero sobre todo fuero para continuar con su vida de impunidad
en lugar de estar en la cárcel.
Alberto
Silva Ramos, Diputado Federal Distrito 03, fue presidente del CDE del PRI, en
Veracruz, en 2015.
Adolfo
Mota Hernández, Diputado Federal Distrito 08, presidente del CDE del PRI
en Veracruz, de 2002 a 2004.
Jorge
Alejandro Carvallo Delfín, Diputado Federal Distrito 19, líder estatal del
PRI de 2008 a 2010.
Erick
Alejandro Lagos Hernández, Diputado Federal Distrito 20, presidente del
CDE del tricolor de 2012 a 2013.
Antonio
Tarek Abdalá Saad, Diputado Federal Distrito 17, es de los pocos diputados
federales que sirvieron directamente con Javier Duarte, cuando fue tesorero del
gobierno del estado y desde donde se le acusa de desviar 1,600 millones de
pesos.
Esta
plantilla de delincuentes ostentan cargos de elección popular por mandato de un
PRI que pareciera no importarle perder elecciones sino ganar impunidad. Ahora
estos cómplices de Duarte de Ochoa, querían imponer a sus candidatos a síndicos
en las elecciones del 4 de junio.
Quieren influir en las decisiones de las 212
presidencias municipales, y, al mismo tiempo, resguardar la integridad de otros
cómplices, que requieren de la protección del fuero para no caer en la cárcel.
Se
conforman con ser síndicos, pero, seguir viviendo del presupuesto, influyendo
en la política estatal y nacional y gozar de total impunidad.
Pero,
casi a la vista de todos hay un objetivo que pareciera no desperdician
oportunidad para criticar y tratar de quitar del camino: Ángel Ochoa Pérez,
delegado de la secretaría de Gobernación en Veracruz, por el simple hecho de
poner orden en el estado.
Ochoa
Pérez, es parte del equipo cercano del secretario Miguel Ángel Osorio Chong, y
goza de todas sus confianzas. Es el encargado de trabajar de la mano con el
gobierno del estado, sin importar al partido al que pertenezca el mandatario
estatal.
Este
es el peor pecado para los hombrecillos de Duarte en la Cámara, quienes no
dejan de intentar influir en las decisiones del partido en la entidad y de
presionar para que desde el gobierno estatal se impongan sus intereses y
necesidades.
La
tarea de Ochoa Pérez ha sido la de establecer equilibrios a pesar de la crisis
económica que impuso Javier Duarte con sus robos. A pesar de la inconformidad
social, ha sabido mantener la calma y mantener la tranquilidad, en un espacio
donde sólo faltaba un chispazo para que el descontento social se desbordara.
Ante
este panorama, la visión del titular de la secretaría de Gobernación, Miguel
Ángel Osorio Chong, es precisamente la de mantener a Ángel Ochoa Pérez como
representante de Gobernación, como elemento de equilibrio. El delegado de Segob
en Veracruz es un factor determinante en la actual situación de la entidad,
sobre todo ahora que en tres semanas habrá elecciones que pueden cambiar el color
de las presidencias municipales.
La
tarea de Osorio Chong en los últimos días ha radicado en recomendar a los
gobiernos estatales diferentes disposiciones para guardar los equilibrios
sociales elementales y no permitir que parezcan espacios aislados, en medio de
una dinámica nacional que exige de una mayor participación de gobernados y
gobernantes del interior del país.
Por
ejemplo, urgió a los congresos estatales a armonizar las leyes locales para el
feminicidio y despenalización del aborto por violación; así como fortalecer los
mecanismos de protección para periodistas y personas defensoras de derechos
humanos, con el propósito de erradicar y sancionar la violencia de género.
A
pesar de que Ángel Ochoa ha servido de puente entre el propio secretario de Gobernación
y los veracruzanos, y de trabajar hombro con hombro con el gobierno del estado,
la camarilla de ex líderes estatales del PRI, instalados en la impunidad a
través del fuero que les otorga ser diputados federales, sigue tratando de
cuestionar su trabajo, cuando lo único que ha hecho es poner orden en las
exigencias sociales, y meter en cintura a quienes quieren operar fuera de sus
facultades en detrimento de la legalidad y el orden social.
Por
ejemplo, Alberto Silva sigue tratando inútilmente de desestabilizar las labores
de Ochoa Pérez, a través de misiles anónimos en las redes sociales, que atacan
al delegado y al mismo tiempo, quieren desgastar la imagen no sólo de la
delegación de la Segob en Veracruz sino de la Segob misma.
El
equipo con el que cuenta Osorio Chong en Gobernación ha tenido grandes logros y
mantenido importantes equilibrios a pesar de ciertas tensiones que podrían
derivar en revueltas o acciones violentas.
Entre
los grandes funcionarios con que cuenta el encargado de la política interna de
México está Roberto Campa, subsecretario de Derechos Humanos, quien ha
conciliado muchos de los intereses y necesidades de algunos grupos sociales.
Segob,
en Veracruz, con Ángel Ochoa López a la cabeza, trabaja para todos; sin
embargo, los priistas que debiendo estar en la cárcel tienen fuero, quieren que
sólo se gobierne para ellos, sus grandes intereses, y su obsesión por la
impunidad… Esta
columna se publica los lunes, miércoles y viernes.
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