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¿LAS PREFERENCIAS DE ELIZABETH MORALES?


Armando Ortiz / Jueves, 29 de Septiembre de 2011 16:36
La homosexualidad afortunadamente no es un delito en este país. Cualquier persona puede tener la preferencia que le venga en gana. Puede optar por amar al semejante que se le antoje o a los semejantes que tenga cerca, siempre y cuando ambos cumplan con el requisito de la mayoría de edad.

Si la homosexualidad no es un delito, tampoco debe ser un insulto; y sin embargo algunos consideran que lo es. Y es que nuestra sociedad no es tan avanzada como para que las personas anden por ahí predicando las razones de su preferencia; no lo hacen los heterosexuales, no veo por qué lo deban hacer los homosexuales.
Pero ¿qué sucede cuando se pone en evidencia la preferencia sexual de una persona pública? ¿Se debe valorar ese asunto como si fuera noticia? ¿Si se saca a la luz la evidencia, estamos ejerciendo nuestra libertad de expresión? ¿Puede la persona aludida señalar que se está provocando un daño moral a su persona?
El día de ayer miércoles 28 de septiembre, después de aparecer publicadas en el portal Gobernantes.com, circularon libremente por las redes sociales, varias fotografías y un video en el que nuestra alcaldesa, Elizabeth Morales, acompaña a su secretaria particular, Shariffe Osman, en lo que sin duda es su fiesta de cumpleaños. En medio de los mariachis que cantan las mañanitas, Elizabeth abraza a su secretaria, le susurra cosas al oído y en el segundo 14 del video que dura 28 segundos, la alcaldesa le da un beso en la boca, un beso que se quiere repetir en el segundo 26, justo después de que Elizabeth le entrega flores, pero Shariffe hace a un lado el rostro y eso evita el tierno gesto.

Elizabeth nunca ha negado su homosexualidad, si bien tampoco se le exige que lo ande pregonando abiertamente, si debe entender que desde el momento que juró cumplir y hacer cumplir las leyes de este país, debe prestar atención en, a quien le brinda su afecto e intimidad.

Señala el apartado XIII de la Ley de Responsabilidades para Servidores Públicos que el servidor público está obligado a “excusarse de intervenir en cualquier forma en la atención, tramitación o resolución de asuntos en los que tenga interés personal, familiar o de negocios”. Si bien la ley no es muy clara, si podemos entender que un funcionario público no puede favorecer a aquellas personas en las que pueda tener algún interés personal. Y que más interés personal que una relación íntima. Por ahí se le pueden fincar responsabilidades. Todavía más si se pone al descubierto que la secretaria particular ha favorecido, con la venia de su pareja, a familiares y amigos; ¡ah!, porque suponemos que son pareja, sino de que otra forma entenderíamos los besos en la boca, los abrazos, y los viajes de placer juntas, en lo que parece ser un yate, abrazadas, contemplando el mar y su horizonte.

¿Conocer la intimidad de nuestra alcaldesa es noticia?, claro que es noticia. Ya que la noticia se define como el relato de un acontecimiento de actualidad y de interés público, pero es más noticia porque ese acontecimiento afecta de alguna manera a la comunidad. Y no queremos rasgarnos las vestiduras y hablar de moral, no. El problema no son las relaciones íntimas de la alcaldesa, no, ella puede tener todas las novias que el poder, su juventud y belleza le sepan prodigar, el problema recae en los ofrecimientos que pueda hacer a cambio de esa intimidad; ofrecimientos que pudieran ir desde sueldos exorbitantes, cargos públicos a ex parejas, a pesar de que éstas no tengan la capacidad para desempeñarlos, tráfico de influencias, pues las chicas llegan en paquete, con las primas, los primos y los hermanos; entonces sí, la comunidad se ve afectada.

¿Estamos haciendo un daño moral a la alcaldesa al publicar estas cosas? No parece preocuparle que se conozcan. Ella es una alcaldesa “open mind”, que no tiene empacho en mostrar públicamente su preferencia, ni demostrar a los demás cuánto ama a quien ama.

Además, “open mind” como es, no creo que considere insulto que se redacte en una oración algo sobre su homosexualidad, siendo que ella misma lo redacta y firma con su actitud y acciones; como dijera un clásico: “lo que se ve, no se juzga”.

Algo por lo que deberíamos estar preocupados, es la comparación que se está haciendo de la alcaldesa con el gobernador del sexenio pasado. Todos sabemos que Fidel fue la bragueta más rápida de Veracruz; algunos dicen que Elizabeth piensa superarlo.

PD: Tengo curiosidad por ver de qué manera los periodistas que están en nómina del ayuntamiento defienden a su alcaldesa. Seguro pasarán de lo patético a lo ridículo; los más sensatos y menos abyectos, sólo guardarán silencio. Harán bien.

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