Intencionado o no, con consigna o
sin ella, con línea o sin línea, tocó al Secretario de Salud, Antonio Nemi
Dib, abrir en las últimas horas las compuertas de una corrupción –en nombre
de la salud de los veracruzanos- iniciada en el gobierno de Fidel Herrera.
En el 2008 el doctor Manuel Lila de Arce, el de la “Sonrisa Fiel” en su
calidad de Secretario de Salud de Veracruz, firmó en lo oscurito y a
espaldas del Congreso del Estado un pago de 5 mil millones de pesos a una
empresa intermediaria que presuntamente arrimaría servicios de salud en
favor de los veracruzanos.
La orden la recibió de manera expresa y categórica de parte del gobernador
para entregar a terceros, a una empresa intermediaria denominada “Finamed,
S.A de C.V”, a la cual se otorgó la concesión para dar “servicios de salud
complementarios” por ¡5 mil millones de pesos!
Era septiembre.
Las fiestas patrias distrajeron la observancia de la opinión pública de la
ilicitud de la licitud del millonario contrato que se declaró “desierto”
para otras empresas y finalmente otorgarlo a Finamed S.A de C.V.
En el Congreso sólo uno de singular apellido, Vaca, alzó la voz denunciando
que funcionarios de Salud y el DIF participaron en este contubernio.
Fueron 5 mil millones los comprometidos a doce años signando un contrato
millonario diferente -2009- al aprobado por la Legislatura. Ya mismo la
empresa a la cual se le aprobó el contrato de servicios tiene dos contratos
diferentes. Uno el que aprobó el Congreso local y otro el que fue firmado
“en lo oscurito” por altos funcionarios de la pasada administración, reveló
el ex diputado local Sergio Vaca Betancourt.
Pero además, a pesar de la admonición de Nemi de cancelar los contratos de
salud a Finamed “por incumplimiento”, la empresa puede demandar por mil 100
millones de pesos al gobierno de Veracruz en el momento que lo desee.
Así lo establece el compromiso.
Vale acotar que el incumplimiento de pago a la empresa Finamed S.A. de
C.V., ganadora del proceso de licitación de los servicios complementarios de
salud, “obligó” a suspender el servicio de cirugía cardiovascular, rayos X,
tomógrafos y quirófanos integrales, así como hemodinamia; es decir, la
atención de enfermedades cardiovasculares en 11 hospitales del estado.
Y es que a poco menos de 11 meses de concluir la instalación del nuevo
equipo e iniciarse la prestación del servicio signado en aquel entonces, el
gobierno incumplió con el pago regular a la empresa y Finamed, que no es
una empresa de salud, sino inversionista y de asesoría financiera, que hizo
lo propio cancelando todo.
¿Qué es en realidad Finamed?
Importante señalar que Finamed es una empresa que brinda asistencia
financiera a terceros mediante operaciones de arrendamiento puro de
asesoría y gestoría para la obtención de créditos, así como diseño de
operaciones estructuradas.
Finamed integra licitaciones gubernamentales y privadas y comercializa
bienes y servicios en el Sector Salud. Es pues una empresa integradora que
convoca a diferentes empresas del sector salud para participar en licitaciones.
Asimismo, contrata, en la modalidad de outsourcing, ejecutivos
especializados en diversas disciplinas técnicas, contables y financieras
para integrar equipos de trabajo que den la respuesta adecuada a los
planteamientos y necesidades de sus clientes.
Es, en pocas palabras, Finamed es una empresa arrendadora que no tiene un
solo médico en su nómina. Puro negocio.
Una empresa que tiene algunos años metida en el ramo y que sabe cómo se
trabaja con gobierno a partir del diezmo, que en el sexenio anterior se
disparó.
En la bolsa de los 26 mil millones de pesos que dejó en deuda a prestadores
de servicios la anterior administración está justamente Finamed, que desde
luego, no es inocente, sino cómplice. De inicio aceptó las condiciones, un
“entre” para el arranque y copatrocinio.
Sin embargo, después de que la Secretaría de Salud amenazó la cancelación
del contrato con la empresa Finamed encargada de brindar servicios médicos
en 12 hospitales de la entidad, ésta se hizo la socarrona para ver si con
el cambio de gobierno se regularizaba el compromiso firmado.
Tocaría entonces al secretario de Salud del gobierno de Javier Duarte,
Pablo Anaya Rivera, cabecear el asunto. Darle largas. Insistirle a Tomás
Ruiz que en cualquier momento estallaría, respondiéndole el Secretario de
Finanzas que “eso estaba saldado”, pero que Finamed no había cumplido.
Anaya terminó en la calle y ya mismo, sin querer abundar en el tema,
declaró a XEU de Veracruz, que en su momento “yo realicé las observaciones
pertinentes ante el Órgano de Control Interno sobre este problema”.
"Hicimos las observaciones pertinentes y correspondientes a los
órganos de control", agregó que esa situación "ya venía" al
referirse a la administración de Fidel Herrera Beltrán.
Se lava las manos de este espinoso asunto dejando la papa caliente a Nemi
Dibb, quien con valor y firmeza encara el problema al exigir a los
representantes de la empresa Finamed, que regularice el servicio en 12
nosocomios en la entidad. Y, en concreto, cita que hay algunas deficiencias
en los nosocomios “es el caso concreto del hospital de Tuxpan, en donde hay
equipo médico que está en cajas, pues no se ha logrado instalar para
mejorar la calidad de algunos servicios.
A todo ello ¿Qué dice la realidad?
Pues nada, que Finamed gestionó servicios a terceros en favor del gobierno
de Fidel Herrera, los terceros recibieron pagos irregulares que
correspondieron con servicios maldados, entrega de equipo sin desempacar
por falta de especialistas locales que los recibieran y un cambio de
administración que confundió todo.
A pesar de las irregularidades, por el alto costo del servicio –sostiene
Finamed- se mantuvo el contrato millonario, sin embargo, recientemente
diputados locales acusaron que el servicio de hemodiálisis en Tierra Blanca
es deficiente e insuficiente y en el caso del CEM se han suspendido por la
falta de pago del estado. Tuxpan es un desastre, no hay nada.
“Se va a revisar el contrato millonario por la prestación del servicio,
dijo Nemi, y en aquellos casos donde la empresa este incumpliendo, al no
haber suficiente cobertura o el equipo no funcione eficientemente, se
aplicarán con rigor todas las cláusulas del contrato para garantizar un
servicio óptimo”.
Sueños guajiros. El asunto se está politizando y ya llegó a los medios.
“Todos los proveedores que tiene que ver con los servicios de salud se van
a sujetar rigurosamente a la norma” dijo y puso de ejemplo el caso de la
empresa que les abastecía de medicamentos en los hospitales del estado, que
ante un incumplimiento les cancelaron el contrato.
¿Ello indica que hay otras empresas irregulares?
Por supuesto. Una de ellas es la que daba el “doctor Simi”, aliado de Pablo
Anaya. Parte de su salida, la técnica, se da por esa razón.
“No me temblara la mano de cancelar a todos los que incumplan”, dice Nemi
Dib.
Suena a balandronada, pero a buena cabeza periodística.
Hoy el tema Finamed está levantando muertos que felizmente reposaban en el
cementerio político. Cinco mil millones de pesos son muchos, se hayan
entregado o no.
La opinión pública espera respuestas.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo
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