El INE en la
oposición
ALMA GRANDE
Por Ángel Álvaro Peña
Una vez que le fue negado el amparo al consejero presidente del
INE, con el que intentaba ganar más que el presidente de la República,
arremetió contra algunas de las disposiciones de la actual administración
rompiendo las reglas de su propio cargo y deslindándose de su responsabilidad.
Es como si ya tuviera un pie en la calle, ya sea porque
seguramente renunciará porque ese salario no le conviene, o sabe que al llegar
una reforma electoral, el primero en salir sería él por violentar las
atribuciones que le corresponden.
Lo que debe ser imparcialidad en las autoridades electorales toma
matices de una declaración de guerra. En palabras del presidente consejero,
quien muestra, por fin, su animadversión contra el gobierno federal, ante el
cual cuando estaba en manos del PRI fue tan servil, ahora lo enfrenta con una
postura que debería tener más inteligencia y neutralidad.
Lorenzo Córdova, presidente consejero del INE, advirtió que, si se
hace mal la reforma constitucional para la revocación de mandato, hay
posibilidades de abrir la puerta a la inestabilidad política, por lo que se
debe hacer “una buena chamba legislativa”.
Es decir, se une a la tergiversación de una noticia de los medios,
con lo que el INE siempre ha contado. Aquí no importa la definición de las
palabras revocación o reelección, sino que intenta ir más allá de las palabras
para tratar de asociar la imagen de López Obrador con la de Maduro en Venezuela
o Castro en Cuba.
La posición sobre este tema ha colocado a cada uno de sus
detractores o partidarios en su lugar. Lo cierto es que el INE siempre ha
estado de lado del gobierno federal, hasta ahora que ha declarado la guerra, lo
que quiere decir que el consejero presidente tiene otra chamba o que sabe que
dentro de poco habrá una reforma electoral que lo ubique en el lugar que le
corresponde, es decir, en la banca.
No es cualquier cosa lo que advierte Lorenzo, el catastrofismo que
sus conclusiones anuncian es por demás extremo, porque habla de una reforma de
revocación de mandato que de no votarse por unanimidad se corre el peligro de
abrir la puerta a la inestabilidad política. No es para tanto.
Desafortunadamente los estudios que exigen en el INE para ser
consejero extravían las conclusiones de sus protagonistas en lugar de
acercarlos a la realidad, a veces las teorías académicas cuando se conjugan con
un trabajo de escritorio suelen ser muy desafortunadas, más cercanas a la
fantasía o a la mala intención que a un análisis serio.
Lo que sucede es que para otorgarle solidez a la reforma que tiene
que ver con la revocación de mandato debe haber una reforma electoral, la cual
no lo dejaría bien ubicado, ante una inminente evaluación de sus tareas.
Es decir, no sólo se iría del INE antes de tiempo, sino que no
podría irse sin ser exhibido como un consejero electoral parcial, comprometido
con los partidos políticos y, sobre todo, precursor de fraudes electorales
contra quienes ahora encabezan la administración pública.
Una reforma electoral en este momento colocaría él y a la gran
mayoría de los 11 consejeros electorales como agentes de los partidos
políticos, todos ellos han mostrado tener como objetivo de sus decisiones el
desgaste de Morena. Basta revisar los diarios para dar cuenta de ello.
De ahí que la guerra entre el consejero presidente y el gobierno
federal ahora tenga algunos disparos de salva que lo colocan más en la
oposición que en la imparcialidad. PEGA
Y CORRE. – La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la
Educación sigue protestando para que sean ellos quienes manejen el dinero que
se distribuye entre sus miembros, incluyendo los salarios, lo cual resultaría
no sólo complejo sino violatorio de la ley…
Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.
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