Empresarios, sin enemigo al
frente
ALMA GRANDE
Por Ángel Álvaro
Peña
Empresario que antepone su ideología
política a sus intereses no es empresario. Esto pareciera una verdad obvia a no
ser por la insistencia de algunos medios de hacer ver a los empresarios como
enemigos de una u otra corriente política, de una postura ideológica.
Los empresarios en México han sobrevivido a
una serie de vaivenes en la política a través de la historia, que poco puede
importarles ahora un cambio, por profundo que pueda ser, que no lo será tanto y
ellos lo saben.
Los empresarios se volvieron tema de
campaña sin estar en la agenda. Los obligaron a hacer un frente común con los
enemigos del cambio, cuando se dieron cuenta de esta trampa de los medios y de
algunos estrategas de la campaña de Meade, los empresarios con gran
determinación y valentía no solo se deslindaron de este enfrentamiento, sino
que convocaron al diálogo con todos los candidatos, incluyendo al que nunca
debió serlo.
Fue eso precisamente lo que los obligó
a saltar a la palestra. Los temas en los debates no mencionaban a los
empresarios. No era necesario, ellos estaban en cada sesión a puerta cerrada
con los candidatos, pero como la gente no lo sabía, los medios utilizaron estos
actos poco difundidos y crearon un enfrentamiento artificial.
El pretexto fue la obra del nuevo
aeropuerto, donde encontraron los competidores de Andrés Manuel un tema que
podía golpearlo y, al mismo tiempo defender la obra del sexenio.
Porque tocar el tema del nuevo
aeropuerto de la ciudad de México es tocar a Peña Nieto, a su gabinete y a
quien fuera secretario de Hacienda en ese grupo, ahora ungido como militante
adoptado por el PRI, como candidato al puesto político más importante del país.
Ante los roces que hubo con algunos
miembros de la cúpula empresarial, se trató de ver a Andrés Manuel como un
viejo militante de izquierda, donde la lucha de clases se convertía en algo
vigente y contundente. Se le intentó remitir a esa parte de la historia donde
la izquierda era intransigente y los empresarios figuraban como lo malos de la
película.
Las cúpulas empresariales son
instancias de asesoría y apoyo mutuo no cuarteles de guerra contra nadie. En
esas cámaras los empresarios de todos tamaños retroalimentan experiencias y
renuevan compromisos, se actualizan y fortalecen.
Pero la mala intención de algunos
medios que quieren encontrar, desde ahora, un ganador y un perdedor en las
urnas, se precipitaron al colocar a Andrés Manuel como un líder obrero de los
años 40 y a los presidentes de las asociaciones de empresarios como unos
auténticos señores feudales.
La guerra sucia exige mártires del lado
malo y responsabilidades del lado de la historia. Los embates contra Andrés
Manuel López Obrador se centraron en una especie de odio de clase social, nunca
se volvió a tocar el tema de que era necesario revisar los contratos de la obra
del aeropuerto, que fue el origen de la discusión y del aparente
distanciamiento.
Los enemigos de la verdad insistieron
en hacer ver al candidato de Morena como un guerrillero de los sesenta y los
empresarios redujeron lo que parecía un enfrentamiento a una plática entre
iguales.
Algunos empresarios ya habían enviado a
sus trabajadores cartas desmotivando el voto hacia Morena: “Así como me preocupa
el bienestar de nuestra querida empresa, también me preocupa el de ustedes y de
sus familias. Yo les sugiero que también tomen las medidas que ustedes
consideren en su economía personal para amortiguar un posible deterioro a su
patrimonio”, puntualizó en una misiva el director general de Herdez, Héctor
Hernández Pons Torres.
Grupo Herdez cuenta con una plantilla
de nueve mil 500 colaboradores, quienes trabajan en 15 plantas y 22 centros de
distribución. También tiene siete buques atuneros, 471 tiendas Nutrisa y está
listada en la Bolsa Mexicana de Valores desde 1991.
Andrés Conesa de AeroMéxico, confesó
haber repartido a sus empleados una carta donde pide “no votar con enojo en las
elecciones del 1 de julio”.
Finalmente con un solo encuentro que no
llegó a durar tres horas aclararon dudas y precisaron posturas.
Los votos en las cámaras de
empresarios, de industriales, de patrones, lo mismo que en las urnas del 1 de
julio, valen un voto. No más. Y en las agrupaciones de empresarios la mayoría
son medianos y pequeños empresarios los que mueven a este país y dan empleo a
miles de mexicanos que están conscientes de que empleados y patrones son
complemento y no soldados en un campo de batalla.
Así lo hicieron la mañana del 5 de
junio en Bosques, al poniente de la Ciudad de México, en una reunión de dos
horas 40 minutos.
En esta guerra entre empresariados y
Morena, el gran perjudicado es José Antonio Meade, a quien al dejarlo fuera de
esta contienda de ideas, propuestas y enemistades, lo mantienen al margen de un
debate que debe ser nacional. Si a esto añadimos que en algunos debates en los
medios la discusión sobre algunos temas sólo es entre Morena y el PAN, la pelea
entre empresarios-PAN-Morena, deja afuera al tercer lugar.
De ahí que se haya atrevido a decir el
ex presidente consejero del entonces IFE, Luis Carlos Ugalde, que el
bipartidismo se asoma a la escena política del país entre Morena y el PAN.
La panorámica de la política está
cambiando, gane quien gane en las urnas y los empresarios tendrán un lugar
destacado. Desde luego que ellos no olvidarán que hubo una trinchera en esta
contienda por la Presidencia de la República, que intentó utilizarlos,
chamaquearlos; no se dejaron.
Los empresarios no son espectadores de
la política son protagonistas y en ellos, junto con los políticos, habrá que
volver a creer. PEGA Y CORRE.– Siguen los atentados en Veracruz contra los
periodistas y sus familias, esta vez, Areli Hernández Hernández, esposa
del periodista Raymundo León fue secuestrada el martes 5 de junio, luego de
dejar a su hijo en la escuela, en un acto que presuntamente estaría relacionado
con la actividad profesional del comunicador….Esta columna se publica los
lunes, miércoles y viernes.
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