No ganan ni dejan ganar
ALMA GRANDE
Por Ángel
Álvaro Peña
Los independientes terminaron por creer que lo son y utilizan todo
tipo de artimañas para obtener las firmas que les hacen falta. En esta
competencia que en algunos casos se convirtió en compra de firmas la delantera
la lleva Jaime Rodríguez Calderón, quien ya se la creyó y hasta pidió licencia
al Congreso de Nuevo León.
Las licencias en esa entidad son por 30 días según la ley, después
debe ratificarla o regresar. Y el sustituto del gobernador debe ser electo por
el propio órgano legislativo local.
Aquí El Bronco,
también se creyó lo de Bronco y pidió licencia por seis meses y designó a su
sucesor, violentando la ley sin que ninguno de los legisladores del PRI y del
PAN dijera nada.
Quieren allanarle el camino hacia la candidatura, donde
seguramente se unirán todos los independientes que no alcanzaron el número de
firmas necesario. La idea es simple, servir de distractor de votos. Eso sí, no
nos extrañe que de pronto El
Bronco, tan conservador y silvestre como es, de pronto salga con
programas muy elaborados de gobierno, o un discurso de izquierda que no le
queda, pero hará el intento de parecer un candidato progresista. Todo esto con
el claro objetivo de quitarle votos a Morena y a su candidato Andrés Manuel
López Obrador.
El Bronco sabe que no va a ganar, pero se ganará las simpatías del
PRI, PAN y lo que queda del PRD. Organizaciones que estarán en deuda si cumple
eficazmente su función de distractor de votos, y puede que ni siquiera regrese
a la gubernatura, sino que se prepare para ser secretario de Estado en el
gabinete de José Antonio Meade.
A pesar de que El Bronco violenta las leyes electorales de Nuevo
León, por unanimidad de votos, la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder
Judicial de la Federación confirmó la expedición de la constancia como
aspirante a candidato independiente a la Presidencia de la República en favor
de Jaime Heliodoro Rodríguez Calderón.
La institución (luego por qué hablan mal de las instituciones) explicó
que la expedición de la constancia se ajustó a derecho y conforme a la
resolución emitida por la Junta General Ejecutiva del Instituto Nacional
Electoral.
Esto quiere decir que hay consenso en Nuevo León y en la
Federación para que vaya en caballo de Hacienda, hacia la candidatura. Es muy
probable que hasta la propia Margarita Zavala se le una en esta aventura donde
no se trata de ganar sino de restarle votos al enemigo a vencer que es Morena,
de esta manera el Frente que encabezará Ricardo Anaya, y Meade tendrán en el
candidato independiente no a un competidor sino un aliado en este estilo muy
singular de democracia mexicana.
Por el dinero nadie se preocupa, hay una fuerte cantidad que se
irá a las campañas por diferentes vías. La campaña de Meade, por ejemplo, será
la más costosa en la historia de la competencia por la Presidencia de la
República, en esto debemos estar muy atentos los mexicanos, no sólo de la
campaña del priista sino de todos, para quienes al parecer, el tope de campaña
no representa ningún obstáculo ante la flexibilidad al respecto de los
tribunales electorales y del propio INE.
Y habrá mucho dinero no porque los hombres del poder económico
quieran que gane Meade, sino que quieren que pierda López Obrador, y eso cuesta
y mucho. Así, estos hombres que no pagan impuestos a pesar de sus grandes
ganancias seguirán haciéndose millonarios a costa de la pobreza de los
mexicanos, que viven mal por las restricciones de presupuesto existentes debido
a que no todos en este país pagamos impuestos.
Por otra parte, el dinero destinado a los programas sociales se
volcará de lleno a la campaña del PRI, tal y como se hizo en el estado de
México para apoyar a Alfredo del Mazo, sin que haya poder humano que lo impida.
Ante este panorama El Bronco es partícipe de todo un entramado de
acuerdos en lo oscurito y reglas impuestas a conveniencia. Es decir, El Bronco
no llega a competir, sabe que no va a ganar, sino a distraer y a formar parte
de ese grupo en el poder del que él mismo se exilió con el cuento de la
independencia. Sabemos que no hay candidatos independientes, si acaso la única
dentro de este esquema sería Marichuy, la indígena postulada por las etnias de
Chiapas para competir por la Presidencia de la República.
El Bronco llega a irrumpir como independiente en un grupo
conformado por intereses y no por ideas, por negocios y no por una voluntad de
servicio. Será muy difícil que en estas elecciones haya equidad de
circunstancias para los participantes. Habrá, como siempre, ventajas desde el
inicio para unos y desventajas, que anuncian derrota, para otros.
Debe mencionarse que nunca como ahora el PRI mostraba tanto temor
de una derrota. Ha movido todos los hilos a su alcance y gastado lo que sea
necesario. Es así, como el tricolor pasa de ser un partido político
técnicamente quebrado en lo económico a uno que puede destinar partidas
presupuestarias para la compra del voto en todo el país y seducir a entes
endebles ideológicamente como El Bronco, para que se vaya de su lado.
Esta sorpresiva recuperación económica del PRI tiene razones muy
claras, que tiene que ver con el plan nacional para canalizar decenas de
millones de dólares del dinero público para ayudar a los candidatos del PRI en
las elecciones para gobernador de 2016 y de ahí lograron hacer de la debacle
económica una bonanza, a pesar de que los edificios de su sede nacional estaban
hipotecados.
En ese entonces, el dinero se envió a estados con gobernadores
cercanos dentro del partido. Luego, esos funcionarios crearon contratos
gubernamentales con compañías falsas que finalmente devolvieron el dinero para
que fuera usado en las campañas, según testimonios y registros.
Por eso fue detenido la mano derecha de Manlio Fabio Beltrones,
Alejandro Gutiérrez, quien operó este tipo de financiamiento para evitar que
los dineros llegaran a Hacienda.
Es decir, mucho de lo desviado por César y Javier Duarte a la mala
fue a dar a las arcas del PRI.
Así, los independientes, encabezados por El Bronco, entran a un
esquema de cuentas poco claras que acusan corrupción. PEGA Y CORRE. – Ahora
resulta que la Fiscalía General de Veracruz, justifica el asesinato. Jorge
Winckler, quien seguramente no sabe qué hacer con todos los reflectores encima,
asegura que el reportero de La
Voz del Sur, Gumaro Pérez Anguilano, formaba parte de la
delincuencia organizada al servicio de Los Zetas. Pero eso no quiere decir que
no deba investigar y comprobar lo dicho. Quiere deshacerse de un caso que tiene
repercusiones mundiales con pretextos locales, que pueden cuestionar
severamente su gestión… Esta
columna se publica los lunes, miércoles y viernes.
Dudas
y comentarios:
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