Adelgazar, el arte de Duarte
ALMA GRANDE
Por Ángel
Álvaro Peña
Muy al estilo de la novela de aventuras que aglutinó a miles de
lectores hace un par de siglos, Javier Duarte ha empezado una serie de
entregas, de su propia novela, a través de cartas de inocencia, que tienen como
fondo nombrarse perseguido político.
Es decir, no sólo es inocente sino víctima de una injusta
persecución, donde se abusa de su ingenuidad y de sus buenas obras.
Como si se tratara de un Conde de Montecristo contemporáneo, donde
la envidia y la traición lo colocan ilegalmente en la cárcel, el ex gobernador
de Veracruz argumenta inocencia y persecución contra él y su grupo, que no es
otra cosa que ir contra el gran saqueador de las finanzas del estado y de sus
cómplices.
Ya son dos cartas que seguramente integrarán la obra epistolar del
ex gobernador. En la primera se decía víctima de las autoridades de Veracruz,
es decir, del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, a quien considera su
enemigo desde hace años y a quien acusa de “hostigamiento, persecución política
y cacería de brujas”, contra él y sus colaboradores. Es decir, contra el líder
de la banda y sus cómplices.
En la segunda carta de siete páginas entregada el lunes 22 de
agosto, Duarte acusa de “pederastia”, “depravación” y de “dictador” al actual
gobernador veracruzano, Miguel Ángel Yunes.
La carta textualmente quiere salvar a sus cómplices, a quienes
prácticamente nadie ha tocado, porque hay muchos que gozan no sólo de impunidad
sino de fuero, al respecto escribe el nuevo perseguido político: “Es
en solidaridad con mis ex colaboradores que se encuentran injustamente privados
de su libertad en Veracruz y a los que me une un principio de lealtad”.
En este espacio hemos publicado en repetidas ocasiones los nombres
de los cómplices, con sus correspondientes fechorías, que seguramente el ex
gobernador calificará de responsabilidades sociales.
Desde el inicio del sexenio de Javier Duarte los medios de la
entidad dieron cuenta del desvío de fondos, del mal uso de recursos federales,
del peculado, del robo de jubilaciones y prestaciones sociales, de la
enajenación de impuestos, de la adjudicación del presupuesto de la Universidad
Veracruzana, de la creación de empresas fantasma, etc.
En la segunda carta señala que su objetivo es que “dejen de ser
rehenes políticos de un dictador que utiliza a la juez (sic) Alma Aleida Sosa
Jiménez como herramienta política, y a la demagogia y el engaño como
instrumento para distraer a la sociedad veracruzana del desastre que es su
gobierno”.
“Está claro que para Yunes su único trabajo es echarme la culpa de
su fallido gobierno, rehuir cobardemente de su responsabilidad y desentenderse
de los problemas que tiene Veracruz, aunque tenga al estado incendiado”,
asegura Duarte, quien lleva una dieta que bien podría patentar y hacerse más
rico de lo que es.
Pesa ahora 114 kilos. Pesaba unos 118. Se ha mantenido con limón,
agua y miel. Todo en cuatro días. El sobrepeso parece que ya no será problema
del ex gobernador, quien por su obsesión por aparecer en los medios ahora será
todo un maniquí.
Desde que Duarte inició su huelga de hambre, la Subsecretaría
del Sistema Penitenciario de
la Ciudad de México está atenta de su estado físico, la Unidad Médica del
Reclusorio realiza una vigilancia tres veces al día para verificar su estado de
salud.
Duarte acusó a Yunes de pactar con grupos criminales para llegar a
la gubernatura, lo cual tuvo como consecuencia que la inseguridad creciera a
niveles inconcebibles.
Duarte es acusado por la PGR de delincuencia organizada y
operaciones con recursos de procedencia ilícita, vinculadas a un supuesto
esquema de compra de propiedades a través de prestanombres y con recursos
estatales y federales.
Mientras Duarte abogaba por sus colaboradores, amigos, familiares
y compadres, la PGR detuvo a Mario Molina, ex responsable de Atención Ciudadana
de la Secretaría de Desarrollo Social del gobierno federal y colaborador de
Javier Duarte, por presunto uso ilegal de programas sociales con fines
electorales para apoyar al PRI.
La defensa epistolar de Duarte tiene que ver más con los medios
que con una defensa formal, seria y de argumentos sólidos, pero lo que sucede
es que mientras más se defiende más se hunde. Porque ahora le encuentran cada
vez más ilícitos cometidos durante su gestión como gobernador.
Ante las grandes corruptelas del grupo Odebrecht, se encuentra que
Duarte concesionó el suministro de agua en la zona conurbada de Boca del Río,
en un proceso de privatización de este servicio, entre otras obras como la
planta de etileno XXI.
En relación a los colaboradores que asegura Duarte se les persigue
injustamente, el periódico Noreste
destacó algunos nombres, asegurando que más de la mitad de su gabinete estaba
involucrado en actos ilícitos:
“Las denuncias involucran a 16 ex funcionarios, desde el ex
director del Régimen Estatal de Atención a la Salud (Seguro Popular), Leonel
Bustos, directivos de segundo nivel; así como al ex contralor Mauricio Audirac,
el ex tesorero del estado Tarek Abdalá, ahora diputado federal, y el ex
subsecretario de Finanzas y ex tesorero, Carlos Aguirre Morales”, señala este
medio.
Añade que “Existen otras seis denuncias ante PGR por el desvío de
748 millones 184 mil 161 pesos, correspondientes al Fondo de Aportaciones para
los Servicios de Salud, que involucran a Juan Antonio Nemi Dib, segundo titular
de Salud de Duarte; Ricardo Sandoval Aguilar, director de Servicios de Salud;
así como Manuel Lila de Arce (titular de Salud con Fidel Herrera) y Rafael
Méndez y Carlos González Cruz, que fueron apoderados de las cuentas del sector
salud”.
Las cartas de Duarte, quieren llamar la atención, pero no sobre su
inocencia sino sobre la incapacidad de las autoridades de Veracruz por cumplir
con su deber. Nunca enumera las razones de su inocencia sino que descalifica a
la administración y procuración de justicia.
Duarte quiere entrar al tribunal mediático para mitigar la
sentencia del juez que seguramente se verá maniatado ante las aseveraciones del
ex gobernador y sus señalamientos que califican a la justicia mexicana de
parcial e injusta. PEGA
Y CORRE: Otro periodista asesinado en Veracruz, esta vez fue
Cándido Ríos Vázquez, colaborador del Diario
de Acayucan, y fundador de La Voz de Hueyapan, asesinado a balazos, junto
con otras dos personas, en el municipio de Hueyapan de Ocampo, al sur de
Veracruz. Con su muerte suman 9 los comunicadores asesinados en México en
lo que va de 2017. Nos unimos a la pena de sus familiares y exigimos justicia,
porque en la impunidad de estos actos está la invitación a seguir asesinado
comunicadores y esto debe detenerse… Esta
columna se publica los lunes, miércoles y viernes.
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y comentarios, escríbenos a:
Twitter @politicosad
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