Tras la debacle del 5 de junio y con la certeza
de que por Veracruz habrá de transitar la sucesión presidencial del 2018,
el centro tomó la decisión de recuperar la plaza cueste lo que cueste.
La indicación del primer priista, Enrique Peña Nieto, fue que se acudiera
al mismísimo Diablo si fuera necesario para no permitir que la alternancia
llegue de nuevo a Los Pinos y ese Diablo, el mismo que ya levantó el dedo,
es ni más ni menos que Fidel Herrera Beltrán.
Es la guerra que viene.
Fuentes de la Fidelidad confirman que tanto los partidos Morena como el
Verde, están en la mejor disposición de llegar a un diálogo y acuerdo que
concrete una alianza ganadora con miras a las sucesiones gubernamental y
presidencial.
De hecho hay concordancia al establecerse un primer contacto con los
Morenos de parte de Javier Duarte, quien apoyó a Cuitláhuac García para la
gubernatura que finalmente pierde, pero deja a su partido como la segunda
fuerza electoral.
Con Morena hay pues coincidencias.
Ambos –PRI/Morena- desean lo mismo: atajar a Miguel Angel Yunes Linares en
el 2018 al precio que sea y en ello está de acuerdo Andrés Manuel López
Obrador.
De hecho desde la tribuna legislativa local ya se muestra una abierta
consonancia entre el PRI y los opositores de izquierda en acuerdos encima
de la mesa entre ambas bancadas.
En un segundo plano y acaso no menos importante, pero que de alguna manera
podría incidir en la inclinación de la balanza, está el partido Verde, que
desde hace algunos años es la franquicia de Fidel Herrera en Veracruz con
el abierto apoyo manifiesto de Chiapas, que dieron lugar al nada
despreciable regalo de la diputación plurinominal para Javier Herrera
Borunda.
Asimismo el Verde será sustantivo para la presidencial por la
circunscripción geopolítica en abono a la votación priista.
Así se está tejiendo por estos días el entramado sucesorio en donde se
empezará por limpiar a fondo la casa tricolor que se plagó de perdedores y
rémoras fuera de vigencia, así como necios afanes de perpetuamiento por
encima de los mismos estatutos priistas como es el caso del actual
dirigente Amadeo Flores Espinosa.
Ya el mismo CEN del PRI, tras la tercera ratificación de Flores Espinosa,
comprobó el rechazo del priismo estatal a su liderazgo. Se dio cuenta
además de la etiqueta que carga en favor de uno de los aspirantes.
Hoy el tema es darle un giro revisando desde ahora -a puerta cerrada y con
la mirada vigilante del propio Fidel- la lista de aspirantes a las 212
alcaldías.
Se parte de dos premisas: que el suspirante cuente con la voluntad y
patrocinio del alcalde del municipio por el que aspire y que su hoja de
servicios esté lo más limpia posible.
De los resultados que se alcancen –serían ganancia 72 alcaldías y un par de
ciudades importantes- partirá el proceso de selección de su candidato.
Fidel ya tiene el suyo que es su chavo Javier –más verde que el partido que
lo representa- y la federación ya también tiene lista su propuesta en favor
de Pepe Yunes.
Para ello antes se tendría que determinar de dónde se obtendrán los
recursos financieros para alcanzar la victoria ya que con saliva no se
gana.
Ese dilema lo resolverá el PRI nacional con el apoyo federal y cuidando sea
un comité de finanzas quien vigile el oportuno suministro de dinero a los
operadores electorales, así, no habrá que a “chuchita la bolsearon”.
El PRI se prepara.
Morena ya trae su plan ranchero para catapultarse desde Veracruz a la
presidencial con el Peje a la cabeza en consideración no solo de los 700
mil votos que alcanzó el pasado cinco de junio, sino del millón (acaso para
el 2018 sean de 1.5 millones) de sufragios que espera juntar el PRI.
Un detalle.
Los del PAN con su satélite, el PRD, no están mancos. Cuentan con un
promotor mediático de resultados –el gobernador Yunes- a quien el comité de
Acción Nacional le ha depositado todas sus canicas para que se conserve la
plaza y empuje a su candidato presidencial que puede ser el propio Miguel
Angel Yunes.
Hay quien piensa, sin embargo, que antes podría darse un acuerdo con el
PRI, aunque en estos momentos se ve distante por el conflicto de intereses
y por la ventaja real que tiene el PAN en la entidad luego de vapulear y
colocar al tricolor en el tercer lugar de las preferencias y la certeza de
que es muy probable que el voto de castigo ciudadano se extienda hasta el
2018.
Por lo pronto el PRI vive en Veracruz el peor momento de su historia
acrecentado por las deserciones y la falta de gasolina para consolidar
compromisos.
Habrá que observar que pasa en enero.
Tiempo al tiempo.
Pequeñeces:
Con motivo de las fiestas de fin de año ésta columna periodística dejará de
publicarse. Regresaremos con nuevos bríos a partir del 8 de enero del 2017.
Gracias por la atención que le brindaron a mis espacios en este convulso
2016.
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