Peña Nieto, unidad y soberanía
ALMA GRANDE
Por Ángel
Álvaro Peña
La visión de una mente perturbada ve turba en toda multitud y
enemigos en cada trinchera. Tal vez por ello busque guerra con Corea del Norte,
China o con Rusia, con Siria o con quien ceda a sus presiones.
Donald Trump, manejó el tema del muro entre su país y el nuestro
con el pretexto de impedir el paso de personas a su territorio.
Argumentó, desde su campaña, que los latinos les roban los empleos
a los estadounidenses, crean conflictos y son un gasto adicional para su
gobierno.
Los argumentos le fueron útiles en la víspera de las elecciones y
su propuesta llamó la atención de los sectores más conservadores de la sociedad
estadounidense.
Una vez instalado en la Casa Blanca, Trump dio continuidad a su
proyecto de erigir un muro en su frontera sur. Va a cumplir 15 meses en el
poder y no ha podido descifrar quién lo va a pagar y quién lo va a construir, a
pesar de ello camina sobre el proyecto como si fuera a concretarse mañana
mismo. Es la decisión de un solo hombre en el país que se autodenomina “el más
democrático del mundo”, como si la democracia tuviera grados Un país es
democrático o no lo es.
En este año, surge entre los dos países la necesidad de actualizar
el Tratado de Libre Comercio de América del Norte que existe desde 1994, y que
permite el libre flujo de mercancías entre Canadá, Estados Unidos y México. La
parte más difícil de este convenio le toca a México, a pesar de ello pelea por
su continuidad como si en ello le fuera la sobrevivencia económica.
Es precisamente en medio de las pláticas sobre la renovación,
actualización o cancelación del Tratado, que Trump irrumpe con discursos cada
vez más agresivos y tiene en la marcha de la migración su mejor pretexto.
La marcha no cuenta con más de 1,200 migrantes, principalmente de
Honduras a la cual se le unieron varios grupos de México con destino a Estados
Unidos, país al que intentan ingresar sin papeles.
Esta marcha alarmó a Trump y en su alucinada mente advirtió una
guerra. Muy desigual, pero guerra al fin. Ante la llegada de la marcha a
territorio mexicano advierte el presidente del vecino país que colocará a
la guardia nacional en la frontera para impedir que pasen los migrantes,
mientras el muro se construye. Un muro que hasta el momento solo puede existir
en su mente.
Donald Trump puede hacer en su territorio lo que desee, siempre y
cuando el Poder Legislativo de su país esté de acuerdo. Por mucho poder que
concentre, el inquilino de la Casa Blanca no puede decidir como un dictador lo
que se hace con el ejército de su país.
Ante la proximidad de la marcha Trump señaló: “Es mejor que
la gran caravana de gente de Honduras, que viene a través de México hacia
nuestra frontera de ‘leyes débiles’, se detenga. El TLCAN está en juego, así
como las ayudas extranjeras para Honduras y los países que permiten que esto
suceda. ¡El Congreso debe actuar ahora!”.
Es decir, aquí reconoce que no puede decidir solo sobre la
movilización de la Guardia Nacional.
A esto, el presidente de México, Enrique Peña Nieto, respondió:
“Evocando las palabras de un gran presidente de los Estados Unidos de América:
no tendremos miedo a negociar. Pero nunca vamos a negociar con miedo”.
Por su parte, el Senado mexicano exigió respeto al presidente
estadounidense y demandó al gobierno de Peña Nieto suspender la colaboración
binacional en materia migratoria.
También rechazaron el despliegue de tropas los cuatro candidatos
presidenciales: Margarita Zavala, Ricardo Anaya, Andrés Manuel López Obrador y
José Antonio Meade.
Es decir, la unidad sin importar color de partidos ni siglas
se unió a la actitud de Peña Nieto, quien actuó como presidente de todos
los mexicanos, y los mexicanos, como uno solo le respondieron borrando las
diferencias del pasado y colocando en el presente las coincidencias con la
dignidad y la defensa a la soberanía con la que argumentó su discurso el jefe
del ejecutivo.
Peña Nieto recordó estos pronunciamientos en su mensaje a la
nación, en el que recordó el tono negociador de su gobierno con el presidente
estadounidense, a quien pidió revise el origen de su enojo.
“Si sus recientes declaraciones derivan de una frustración por
asuntos de política interna, de sus leyes o de su Congreso, diríjase a ellos,
no a los mexicanos”, dijo Peña Nieto, contundente.
“Los esfuerzos del gobierno de México se han dirigido a construir
una relación institucional, de respeto mutuo y beneficio para ambas naciones.
La relación entre ambos países es intensa y dinámica que naturalmente nos
representa retos”, insistió el presidente mexicano ante este magnate habilitado
como político.
“Si usted quiere llegar a acuerdos con México, estamos listos.
Como lo hemos demostrado hasta ahora, siempre dispuestos a dialogar con
seriedad, de buena fe y con espíritu constructivo”, comentó con firmeza Peña
Nieto, palabras que le sirvieron para cohesionar a los mexicanos de todos los segmentos
sociales ante un problema en el que debemos estar unidos todos los mexicanos.
Enrique Peña Nieto demostró que es un estadista y puede echar
abajo cualquier rumor sobre la debilidad de nuestro país, por el simple hecho
de ser una nación pacifista.
La presencia de la guardia nacional debe ser un muro que actúe
desde su propio territorio y vigile no solo el ingreso de gente y droga del sur
hacia el norte, sino el tráfico de armas del norte hacia el sur.
Estados unidos tiene una sobreproducción de armamento, de ahí su
necesidad de regalar incluso armas de fuego, lo que encarecen son las balas, de
todas maneras ganan y mucho. La industria bélica del vecino país ansía con
urgencia una guerra, de ahí sus provocaciones comerciales con más de un país
del orbe y que tienen en los discursos exaltados de Trump su principal
provocación.
Ante esta realidad del vecino no podemos menos que unir fuerzas
para impedir que se actúe de manera inhumana contra las personas que viajan de
sur a norte y exigir, que en esa misma ruta se impida el ingreso a territorio
mexicano de armas y municiones.
En Estados Unidos cualquier adolescente puede adquirir un arma de
fuego. Algunos de ellos las utilizan para disparar contra sus compañeros de
escuela y matar a quemarropa al que esté enfrente.
Lo mismo sucede con las drogas, porque el vecino país tiene
millones de adictos que requieren de diferentes drogas para sobrevivir. Es el
país número uno en consumo de drogas, y bajo sus efectos portan armas en un
territorio donde se dice impera la democracia.
La agresividad en el discurso de Trump es el principal insumo de
la violencia real en sus calles, escuelas, universidades. Quiere sangre
extranjera y provoca la paciencia de otros países que han actuado con prudencia
y no con miedo.
El miedo, como dice el presidente Peña Nieto, no es buen consejero
de ninguna negociación y si quiere dialogar con los mexicanos Trump puede
hacerlo, siempre y cuando sea de igual a igual. PEGA Y CORRE. – De
visita en Veracruz, José Antonio Meade, candidato presidencial del PRI se
comprometió con la clase política a una ampliación del Puerto de Veracruz, así
como a construir un periférico en Orizaba y concluir tramos carreteros y
autopistas en diversos municipios. Aseguró impulsar la segunda fase de ampliación
del Puerto de Veracruz y concluirá la autopista Tuxpan–Tampico, tramo
Tuxpan-Ozuluama. Buenos proyectos sin duda y muy necesarios en la entidad…Esta columna se publica los lunes,
miércoles y viernes.
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