El tema de la
inseguridad y estrategias adoptadas para combatirle con relativa eficacia,
cede prioridad a corrupción e impunidad, no porque ya se diera el primer
paso en la reforma constitucional aprobada por el Congreso de la Unión que
culminará con la creación de un inicuo sistema nacional anticorrupción,
sino porque tras esta cortina de humo mediática, la realidad, siempre la
terca realidad que nos agobia hoy día se impone, mostrándonos con toda
crudeza los alcances del proyecto neoliberal de país que promueve Enrique
Peña Nieto.
PEMEX dejándose morir por inanición y saqueo; distribución y expendios de
gasolina serán propiedad de Coca Cola; la Fiscalía General de la República
y la Cámara de diputados bajo la influencia del duopolio televisivo; el
rumbo de la educación determinada por la cúpula empresarial. Y aún hay más.
La anormalidad democrática, la improvisación, despilfarro de recursos
públicos e ineficiencia, por sobre los principios básicos de la democracia
representativa, llegaron para quedarse gracias a las presuntas reformas
estructurales del Sr. Peña, avaladas por el Congreso de la Unión.
La economía no repunta; el desprestigio del aparato gubernamental del
Estado crece, y el malestar y precarización de la sociedad se expresa en la
calle sin ser escuchado y atendido.
¿Hasta cuándo?
Hasta que el pueblo quiera, sería la respuesta a esta interrogante si éste
estuviera dispuesto a recuperar para sí la representación popular y la
conducción del Estado mexicano hoy secuestrados por una partidocracia al
servicio de los poderes fácticos.
Palabras mayores muy lejos de posibilitarse. La dispersión e inorganicidad
de los movimientos sociales que están por la resistencia y un cambio
verdadero lo impiden. Descontento, hartazgo y un legítimo deseo de cambio,
no son suficientes para modificarle la plana al régimen político vigente,
en tanto la movilización social no cuente con organización unitaria y un
programa mínimo que estableciendo denominadores comunes consensuados,
convoque a una acción orgánica consecuente para rescatar lo que en
principio es del pueblo para el pueblo.
Esto viene a colación en virtud de que son muchas las voces que, a partir
de la condición actual de la resistencia social, expresan con conocimiento
de causa que por la vía electoral las cosas seguirán igual. El PRI en
alianza con el bodrio verde que le sirve de comparsa y cómplice, tiene
ganadas de antemano las elecciones de junio y con ello el fortalecimiento
de políticas públicas y desplantes legislativos, que no conduciendo positivamente
a ningún lado, profundizan las contradicciones de un modelo de país
neoliberal que las mayorías por principio rechazan.
Conocedores del paño, al derecho y al revés, del centro a la periferia y de
la periferia al centro, politólogos y analistas con amplia experiencia en
lides electorales, lo afirman sustentándose en el hecho por ahora
irrefutable, de que el partido en el gobierno gana por el sólo hecho de
contar con una maquinaria estratégica legal y extralegal que, a lo largo y
ancho del país mantiene el control de un voto duro que es suficiente para
mantener el actual estado de cosas. La pulverización del sufragio
auspiciada por el régimen, sustentada en 10 partidos políticos con registro
nacional, la figura electoral de los candidatos independientes, y n número
de votos nulos o los que se le otorguen al “gato Morris” entre otros, como
candidato no registrado, da cuenta de ello.
Paradójicamente, el abstencionismo jugaría a favor de la alianza PRI-PVEM.
Siendo el PRI-gobierno dueño de las canicas, son sus reglas las que habrán
de prevalecer en el juego, y el que no le guste que tome su ropa y abandone
la fiesta.
En la farándula electoral de junio próximo, el afiche deseado anunciando a
Enrique Peña Nieto Vs. Descontento y hartazgo en la contienda por la
mayoría absoluta en la Cámara de diputados, no se verá.
La lógica más elemental así lo indica. La estructura o maquinaria electoral
construida a lo largo de más de ocho décadas no contempla competencia
alguna que pueda surgir de una oposición partidista dispersa, pulverizada,
sin liderazgos de peso y además, financieramente en desventaja. Y ni qué
decir de los movimientos sociales, sin acceso real al juego electoral y sin
posibilidad alguna de modificarle la plana al Sr. Peña en su intención de
contar con mayoría legislativa absoluta que avale la profundización de su
proyecto neoliberal contrario a soberanía e independencia nacional.
La voz de la experiencia parece tener razón, hay que reconocerlo. ¿Por
quién van a votar los ciudadanos descontentos ya en el límite del hartazgo,
para expresar por la vía electoral su deseo y voluntad de cambio? No hay
opción. Se vote por quien se vote, el resultado de la elección de diputados
federales a favor del PRI pareciera ya un hecho irreversible.
Luego, sin renunciar al derecho conquistado a votar y ser votados,
mexicanos de a pie, hombres y mujeres comprometidos con la necesidad de
cambio, están en la tesitura de tener que buscar caminos alternos que
forcen al régimen a modificar un statu quo contrario al interés nacional.
Caminos sólo viables si se transitan con unidad orgánica de propósitos,
estrategia y táctica comunes que hagan prevalecer el peso de lo que hoy por
hoy es la principal fuerza política llamada a mover a este país. Esta
asignatura pendiente es la que hay que enfrentar. El adversario no está en
el circo de los enanos de enfrente sino en el seno mismo de la movilización
social y combatirlo con responsabilidad, talante democrático y visión de
largo plazo es la tarea. Un paso a la vez, haciendo camino al andar sin
perder de vista el objetivo de rescatar a México, librándolo de las cadenas
que hoy le atan a un modelo de país contrario al sentir y voluntad de los
mexicanos.
Sufragar sí, mostrando masivamente el músculo como primera fuerza política
de este país, con un voto razonado que exprese que la civilidad y
aspiraciones democráticas no están reñidas con el descontento y el
hartazgo. El PRI no es eterno y hay que hacérselo saber.
A decir de los expertos consultados en nuestra aldea, esta es una realidad
que no puede ignorarse por más optimismo y confianza en la vía electoral
que domine en el escenario de una movilización social de rechazo y
resistencia.
En este supuesto Veracruz podría ser la excepción. El horno no está para
bollos y de aquí al día de la elección podría estallar el cohete ya cebado,
dejando al PRI en la estacada.
Hojas que se lleva el viento
El deterioro político, económico y social está presente en todo el país.
Con mayor o menor incidencia, en todas las entidades federativas está
dejando huella, ninguna está a salvo lo mismo en inseguridad, corrupción
impune e ineficiencia para enderezar el rumbo. El principal obstáculo para
enfrentar el deterioro creciente es el no reconocer el fenómeno y actuar en
consecuencia. En la aldea, lo mismo la administración pública que partidos
políticos en los cuernos de la luna; el aquí no pasa nada cuando la lumbre
llega a los aparejos es cosa de todos los días. El beneplácito mediático
oficial para con un estado de cosas que con números duros apunta al
desastre, es inaudito. Vamos bien, la estrategia adoptada es la correcta,
es la respuesta, dejando para mañana lo urgente ante lo importante de un
proceso electoral ya no del 2015, sino el que viene en 2016. La sucesión
del inepto Dr. Duarte de Ochoa se impone por sobre la alerta del derrumbe,
sin que entre los aspirantes a la gubernatura de dos años tengan la menor
idea del cómo y con qué sacar al buey de la barranca. Muchos son los que
aspiran y nadie de entre ellos parece tener conciencia de que la urgencia
por atender es hoy y no mañana.
-ooo-
El pasado sábado se realizó el festejo del primer aniversario del portal
Sociedad 3.0 con nutrida asistencia de directivos, miembros fundadores,
colaboradores y amigos que brindaron expresando su beneplácito por los
logros alcanzados por la empresa periodística a lo largo de los últimos 12
meses y deseándole larga vida a un portal veracruzano que en muy corto tiempo,
se ha posicionado como uno de los más visitados en la WEB.
Xalapa, Ver., marzo 3 de 2015.
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