CARPETAZO A LA FACTURACIÓN INSTANTÁNEA

EXCÉLSIOR. 5 de febrero de 2020

ACTIVO EMPRESARIAL por José Yuste

CARPETAZO A LA FACTURACIÓN INSTANTÁNEA

El último anuncio que dio Margarita Ríos Farjat, antes de dejar el Servicio de Administración Tributaria, fue la puesta en marcha de la facturación instantánea. A finales de noviembre, la exjefa del SAT anunciaba que todas las tarjetas de crédito o débito bancarias tendrían un chip para que, al momento de realizar cualquier compra, el consumidor, de inmediato, tuvieran una factura. Sin embargo, este rimbombante anuncio se quedó en el ya merito. A escasos dos meses de darse a conocer, el SAT y los banqueros le están dando carpetazo a la facturación instantánea.

Luis Niño de Rivera, presidente de la Asociación de Bancos de México, dijo que los bancos estarían dispuestos a colaborar. Incluso hasta le tocó defender el argumento de que no se trataba de terrorismo fiscal. Sólo era una forma más rápida y expedita de sacar una factura. Pero dicho proyecto no va. Se desechó la facturación instantánea por dos motivos.

En primer lugar llegó Raquel Buenrostro al SAT, quien venía de haber empujado el inicio de las compras consolidadas de medicamentos en el gobierno de la 4T. Buenrostro llegó con todo el aval del presidente López Obrador pero, sobre todo, con una misión clara: no generar terrorismo fiscal. Así lo dio a conocer en su reunión con la Comisión Permanente el 14 de enero pasado. La nueva Jefa del SAT no emprenderá acciones de terrorismo fiscal contra el contribuyente. Ya lo ha dicho: el SAT tiene las herramientas para combatir las facturas falsas y van por los grandes contribuyentes que tienen en tribunales litigios por hasta 1 billón 145 mil millones de pesos.

El otro motivo para desaparecer el proyecto de facturación instantánea fue por los propios bancos. Las instituciones financieras deberían incluir el RFC de los contribuyentes en el chip de las tarjetas. Sin embargo, había un pequeño problema técnico: el espacio en las bandas o chips ya está más que ocupado por la información del cliente y el banco. No cabía más información. Dentro de la propia Asociación de Bancos de México no hubo gran entusiasmo por dedicarse a poner información adicional, fiscal, al chip de las tarjetas.

La facturación instantánea se quedó en el simple anuncio.