COLUMNA




“Yo Pinté un Mural de Dn. Enrique Rodríguez Cano”: Ernesto Fano Acosta
* Se cumplen 63 años de la muerte de este ilustre benefactor de Tuxpan
* Su nombre se pierde con el paso del tiempo y ya pocos tuxpeños recuerdan su vida y su obra.

Por Francisco Vargas Perales

El paso del tiempo todo lo cubre. Los pueblos se van transformando. Las generaciones van llegando. Nuevas generaciones, la marcha de los viejos se hace lenta hasta detenerse y llenarse de polvo de olvido. Este 7 de junio se cumplen 63 años de haber fallecido el benefactor de Tuxpan Don Enrique Rodríguez Cano, este pueblo nuestro lleva su nombre para perpetuar su memoria. Ya pocos lugareños lo recuerdan. Ya no se conmemora su fallecimiento. Ante el paso acelerado de las nuevas generaciones, el nombre de Don Enrique Rodríguez Cano se va borrando, ya casi nadie sabe que existe un monumento en memoria a ese gran hombre, tuxpeño por adopción. Existió un mural en donde estaba plasmada su  egregia  figura, grande, como fue Don Enrique y sus obras que gestionó para Tuxpan, para que el puerto soltara amarras como un gran barco con rumbo al progreso y la posteridad.

Este monumento aún queda, el mural ya desapareció, como va desapareciendo el nombre de Don Enrique en los tuxpeños. El monumento perdura en la escuela  Secundaria Técnica Número 2 que lleva el nombre de este gran benefactor de Tuxpan. El mural ya desapareció por las obras de remodelación de la escuela y por el escaso conocimiento y cultura de un director que vino de tierras lejanas y tal parece que estaba reñido con la historia.

Nos dimos a la tarea de entrevistar a la persona que pintó el mural en memoria de Don Enrique Rodríguez Cano en esa escuela. Su nombre Ernesto Fano Acosta, profesor rural que llegó y estuvo por 19 años como director, cuando la escuela se llamaba “De Artes y Oficios”.

¿Profesor, cómo surgió la idea de hacer un mural dedicado a la vida y obra de Don Enrique Rodríguez Cano?  “Cuando llego a la escuela Técnica Número 2 que lleva el nombre de este ilustre tuxpeño, llego como director y me encuentro con un monumento a su memoria, que estaba ubicado allá atrás. Busque datos de este señor y me encuentro algunos muy interesantes, como que había sido benefactor de Tuxpan y la construcción de la escuela era una de las obras que había gestionado, es por eso que lleva su nombre”.

¿Cómo encontró al monumento? “Ese monumento originalmente estaba en el parque de la presidencia municipal, al morir Don Enrique, el pueblo y amigos le hacen ese monumento, pero en política suceden cosas raras, como que quieren borrar el nombre de alguien, la cuestión es que ese monumento lo quitaron y lo arrumbaron debajo de una escalera del ayuntamiento, ahí permaneció mucho tiempo. Llegó un director de la Técnica 2, antes “Artes y Oficios” y alguien le platicó de esta situación con el monumento. Se forma un comité en la escuela, maestros, alumnos, padres de familia, hablaron con las autoridades municipales y rescataron el monumento de Don Enrique. A partir de ahí se coloca en la escuela que lleva su nombre. Esa es la historia de ese monumento”.

¿Pero usted quita ese monumento de ahí? “Al construirse otras aulas en la escuela, ese monumento queda escondido, ya era yo director de la escuela y me di cuenta de esto, reuní al personal y les propuse que se quitara el monumento de su lugar original y se colocara frente a la escuela, en su patio, en la entrada de la escuela, ahí donde ahora se encuentra”.

¿Y cómo surge la idea de hacer un mural que plasmara la imagen y las obras gestionadas para Tuxpan por Don Enrique? “Al ver la importancia de este político, me doy cuenta que, la escuela al tener su nombre tiene mucha relevancia, me di cuenta que el pueblo ya lo estaba olvidando y quisimos perpetuar su nombre, le propusimos al ayuntamiento que nos diera permiso de festejar su nacimiento y conmemorar su fallecimiento. Además de investigar su vida, sus obras, me fui dando cuenta que debería de haber en la escuela algo más que un monumento en homenaje a él; como pintor autodidacta que soy, me surgió la idea de hacer un mural para perpetuar su memoria, reflejar ahí las obras que había gestionado para Tuxpan, que fueron muchas, como el ferrocarril, escolleras, construcción de escuelas, el puente, muchas”.


¿Y lo hizo usted? “No sé ni cómo lo hice, utilice mis domingos, días de descanso, para trabajar en el mural, me llevaba a mi familia. Nos servía de paseo y de distracción, ahí quedó, las generaciones de alumnos que no conocieron a Don Enrique ahí tuvieron la oportunidad de saber algo de él. El mural media como cinco metros de largo, por cuatro metros de ancho, duro ahí en esa pared como 15 años, después me jubile y llegó otro director y lo mando borrar junto con otros dos murales que también había pintado, uno del descubrimiento de América con Colón y las carabelas y otro conmemorativo a la Revolución Mexicana, todos se borraron, bueno todo pasa en esta vida”.



No hay comentarios:

Publicar un comentario