Los Judas Sin Bandera
ALMA GRANDE
Por Ángel Álvaro Peña
Ahora surge una nueva manera de refrescar las finanzas de los
diputados, que si bien han sido recortados de sus ingresos, no dejarán de ganar
igual o más que antes de la restricción presupuestal para sus percepciones.
La solución que encontraron algunos diputados, los clásicos sin
bandera ni vergüenza, es renunciar al partido en votaciones críticas, una vez
fuera reciben el dinero correspondiente al pago por votar contra la bancada en
la que estaban y una vez con el dinero en la bolsa y el voto emitido, regresan
a su posición original.
En el Congreso estatal de Veracruz, la mayoría de Morena se da el
lujo de salir de la fracción parlamentaria, votar contra el juicio político
contra Jorge Winckler, recibir el dinero que Yunes Linares reparte para
proteger a su amigo, el fiscal general, y luego regresar a Morena, con bombo y
platillo.
Esto ha sucedido varias veces en el Congreso, de tal suerte puede
hablarse de dos fracciones de Morena en el Congreso local, una la de los
consistentes, los que se mantienen firmes en su convicción en congruencia con
su voto, y los otros, quienes pueden convertirse en los judas tropicales que
dejan al partido y regresan según convenga a sus intereses personales.
Es como si un trabajador pidiera su liquidación y una vez que se
haya terminado el dinero e insultado a la empresa que lo liquidó, regresa a su
puesto a trabajar como si nada hubiera pasado. Ningún patrón permitiría tal
abuso, pero en la política la suma de las partes pareciera convertirse en el mejor
contrapeso, pero sobre todo en una mina de oro.
En Morena más que en ningún otro partido, sus militantes llegaron
a puestos de elección popular no sólo sorpresivamente sino sin preparación para
el cargo que desempeñan. Es decir, los primeros en asombrarse de su triunfo
fueron ellos, luego intentaron hacer lo que pudieron sin que haya mayores
logros que el hecho de levantar el dedo.
Las posibilidades de que ellos puedan hacer un cambio real y
profundo en el país son nulas, ni siquiera conocen la labor de la que viven y
menos aún saben la manera de llevar con dignidad ese encargo. Es necesario que
desde la cúpula del partido se le ponga remedio a este tipo de saltos
imprevistos y de brincos sin destino ante un país y, sobre todo, un estado, que
exige compromiso.
Veracruz ha sido castigado por quienes tampoco sabían ejercer el
oficio político y se enriquecieron en lo personal del dinero de la población.
Ahora, los diputados de Morena buscan quién les dé dinero para dirigir su
voto en ese sentido.
Mientras los diputados federales de Morena, Tatiana Clouthier y
Mario Delgado presentan una iniciativa para reducir hasta 50 por ciento el
financiamiento de los partidos políticos en 2019. Los diputados locales de
Veracruz quieren más. Colocan su voto al mejor postor y simplemente esperan a
que haya un partido con recursos o intereses de cualquier índole para votar en
favor o en contra de su propio partido.
De acuerdo con los legisladores federales, la propuesta de
modificación se aplicaría sólo al gasto ordinario que pasaría de 4 mil 965
millones de pesos a 2 mil 482 millones de pesos, “no estamos tocando el tema de
las campañas”, aclaró Clouthier en conferencia desde San Lázaro.
Los diputados de todos los partidos tienen derecho no sólo de
renunciar a su partido o de votar en contra de la propuesta que sugiera su
coordinador parlamentario, pero no se trataba, en este caso, de debatir una
obra pública o la modificación de una ley. Se trata de llevar a juicio político
al fiscal General de Veracruz, Winckler Ortiz, contra quien se siguen dos
juicios presentados por Francisco Zárate Aviña, ex colaborador del fiscal Luis
Ángel Bravo Contreras, y Jorge Reyes Peralta, abogado de Gilberto “N”, ex
director de Servicio Periciales.
De tal suerte que no puede acudirse a la conciencia individual del
legislador para que emita su voto, porque se trata de hacer justicia, de
permitir que en Veracruz deje de gobernar Yunes, porque los tentáculos que dejó
al interior del gobierno son varios y en el fiscal general tiene un arma que
intenta desestabilizar la justicia en la entidad.
Ante esta panorámica los diputados de Veracruz no pueden actuar de
manera individual sin ser sancionados, sobre todo, cuando hay testimonios de
que recibieron dinero para salirse de Morena, votar contra las propuestas de su
partido y regresar a esa misma organización.
En primer lugar, deben impedirles su regreso, en segundo debe
haber un órgano sancionador que castigue recibir dinero por el voto dentro del
Poder Legislativo, en Veracruz y en el resto del país.
A la propuesta de Morena le faltaron cinco votos para que el
fiscal general fuera llevado juicio político. El riesgo era mucho para los
yunistas, de tal manera que prefirieron seducir con varios cientos de miles de
pesos a los morenistas, que presurosos le encontraron el gusto a este tipo de
negocios.
Aquí hay una pugna entre los tres poderes que puede limitarse a
dos partes únicamente. Seamos claros. El Fiscal General de Veracruz, impuesto
por el ex gobernador Miguel Ángel Yunes, ha dejado de hacer su trabajo.
Mientras las corporaciones policíacas del estado, comandadas por el gobernador,
actúan contra la delincuencia que aumenta cada día, él les abre la puerta de la
prisión para dejar impune los delitos.
Por otra parte, el Poder Legislativo, alcanza niveles de subasta
de votos, y se colocan al mejor postor para impedir que Winckler sea destituido
luego de la aplicación de un juicio político en su contra.
Los diputados de Morena, que salen del partido e intentan
regresar, o del partido que sea, no sólo deben ser destituidos de sus cargos
sino castigados de manera ejemplar. PEGA
Y CORRE.- En Veracruz el PRI todavía tiene aspirantes. Son una
docena de aspirantes, todos de la vieja guardia, responsables, desde hace
muchos años, del deterioro de ese partido en la entidad. Deben recordar
que el PRI sólo obtuvo 528 mil 663 votos en la elección para gobernador por
estar en manos de ellos el destino del partido, si quieren que ese partido
sobreviva en la entidad deben abrir las puertas a caras jóvenes…Esta columna se publica los lunes,
miércoles y viernes.
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