Línea
Caliente/Por Edgar Hernández/
Yunes Linares en la
mira de López Obrador
Fecha:
6 agosto, 2018
Solo se espera la voz de arranque.
Luego que este miércoles se
entregue a Andrés Manuel López Obrador la constancia como presidente electo, la
PGR y la Auditoría Superior de la Federación habrán de proceder para deslindar
corruptelas y rapacerías sinfín que acometieron funcionarios del peñismo y
localizados gobernadores como el de Veracruz, Miguel Angel Yunes.
“Necesito tener primero el
papelito para ver lo que sigue”, declaró en días pasados López Obrador.
Nada de perdón y olvido.
Luego de cinco semanas de yerros
y tropezones. Tras infortunadas declaraciones y nombramientos. Luego de
prometer quimeras y dar marcha atrás, el Peje se apresta a su fortalecimiento
presidencial a través de una serie de golpes efectistas.
Las bases de la legitimidad, por
tanto, habrá de sentarlas el gobierno saliente de Enrique Peña Nieto, hoy
convertido en fiel servidor de AMLO.
Para la entrega recepción del
gobierno federal ya tiene la lista de los listos, la suma de los pendientes y
el catálogo de quienes “en estricto apego a la ley” deberán rendir cuentas.
Acaso por ello desde el pasado
fin de semana empezaron a deslizar a través de la prensa afín a Peña que “el
futuro presidente hará sentir su mano dura contra gobernadores cuyas cuentas ha
pedido revisar con lupa ante evidencias y denuncias de posible corrupción de
fondos federales. Dos nombres suenan: Graco Ramírez y Miguel Angel Yunes”.
Sostiene el columnista de El
Universal, Salvador García Soto que en las altas esferas del poder empiezan a
sonar los nombres de quienes “en las próximas semanas” podrían ser procesados
por presuntos desvíos de recursos, corrupción y soborno a empresas
extranjeras
Las “próximas semanas” empiezan
este miércoles cuando López Obrador investido de legitimidad pueda dar el
siguiente paso que le permita mantener vivo el avasallamiento popular a la
espera desesperante de acciones concretas, más allá del discurso.
Así, hoy el morbo jarocho espera
noticias para los siguientes días, mientras en las altas esferas del poder
local hay nerviosismo, en algunas oficinas incluso desesperación.
Ya por lo pronto la Fiscalía
General se desmantela, se rearma, renueva sus cuadros administrativos y se
blinda con un pírrico Fiscal Anticorrupción, no vaya a ser el Diablo.
Y es que ante el inminente juicio
político a Jorge Winkler por el tema de desaparecidos –prioridad del presidente
López Obrador- hay un tema de corrupción y tráfico de vehículos robados de los
cuales no los salva ni el nuevo Fiscal Anticorrupción, Marco Even Torres
Zamudio, quien en estos momentos está escondido en su casa lamentando por qué
se dejó embaucar.
De manera paralela y también en
la desesperación total la Secretaría de Finanzas que encabeza Guillermo Moreno
Chazzarini, quien jamás pasó por su mente la derrota ni que tenía que
justificar su “licuadora”, los siete mil millones que le entregó la Secretaría
de Hacienda y Crédito Público a principios de año y la nómina abultada de
millares de trabajadores quienes cobraban lo de costumbre aun cuando en el
registro contable percibían más mismo que les era rebanado.
Jamás creyeron los genios de
Sefiplan que el SAT descubriría el entuerto al exigir el cobro de impuestos al
trabajador que según la nómina devengaba más.
El jineteo del dinero a
municipios, las deudas externas de los mismos, el recurso desviado para la
campaña de hijo menor de Yunes Linares cuya cantidad, según el gobernador elector
Cuitláhuac García asciende a 800 millones.
Y toda esa larga lista de
pendientes:
El dinero y bienes recuperados a
las ratas del Duartismo no de todo clarificadas; obras públicas pagadas –como
las de Tamiahua- en donde no se colocó un solo ladrillo, los trastupijes en la
Secretaría de Educación, el exceso de dinero entregado a la Secretaría de
Seguridad Pública y el espinoso tema de Indira Rosales, al frente de Sedesol
que si bien no la alcanzará el brazo de la ley por el fuero senatorial que está
a punto de alcanzar, si golpea al propio jefe del ejecutivo estatal.
Las obras de Boca del Río
excesivamente pagadas, los adelantos monetarios para el municipio de Veracruz,
ambos gobernados en diferentes momentos por los hijos de Yunes, las “Empresas
Fantasma” descubiertas por el portal “Animal Político” y los moches a
empresarios, al igual que la compra con enormes sumas millonarias –excepto a
“Empresarios SOS”- para que se hicieran de la vista gorda con el adeudo.
Los pasivos de la UV, del IPE, el
ejército de despedidos, la imparable criminalidad…
¡Ufff!
Se pierde el aliento con tanta
cosa.
En unas horas más, a partir del
próximo miércoles habrá de empezar a escribir la historia, la nueva página de
Veracruz en el marco de nuevos gobiernos –el federal y estatal- marcados, más
que por el signo de la venganza por el signo de la lucha contra la corrupción.
Y ya ellos mismos, los morenos,
dicen que viene una nueva etapa para Veracruz.
¡Que así sea!
Tiempo al tiempo.
*Premio
Nacional de Periodismo

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