Bruno Vicencio, El Embajador de los Tuxpeños en la Ciudad
de México
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40
años trabajando en la Secretaria de Relaciones Exteriores, firmando pasaportes,
ahora jubilado vive en su Tuxpan hermoso
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Conoció
a mucha gente, personalidades de la política, artistas, boxeadores famosos, “de
aquella época”
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Me
gustaba ayudar a la gente, para mis paisanos tuxpeños siempre estaban las
puertas abiertas de mi oficina, sin distinción, dijo
Por Francisco Vargas
Perales
Bruno
Vicencio Loyo, es un personaje que desde niño tuvo que emigrar de Tuxpan
buscando mejores horizontes, buscando el futuro prometedor. Su padre de Bruno era originario del
municipio de Tamiahua, gente sencilla de campo que le transmitió a su hijo el buen trato con
las personas, “el Don de Gentes”, como decían los abuelos, de tal forma, que
cuando Bruno Vicencio ocupa un cargo en la Secretaria de Relaciones Exteriores
(SRE) en la ciudad de México, siempre
estaban las puertas abiertas de su oficina para todo tuxpeño que llegara, Bruno
Vicencio era el funcionario que firmaba los pasaportes durante varios sexenios
y su buena disposición para los paisanos porteños le ganó el que se le
conociera como “el Embajador de los Tuxpeños en la Ciudad de México”.
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Don Bruno Vicencio Loyo, ¿fue usted funcionario de la Secretaria de Relaciones Exteriores?
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Soy originario de aquí de Tuxpan, mi
padre era nacido en el municipio de Tamiahua, ya voy a cumplir 86 años, trabajé
en la Secretaria de Relaciones Exteriores 40 años con un mes y siete días,
llevo jubilado 24 años, Bendito Dios y Bendito Tuxpan.
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Me fui a la ciudad de México a la edad de 13 años, allá terminé la primaria,
hice la secundaria, preparatoria y estudie la carrera de licenciado en Derecho
Internacional, esto me ayudó para entrar a la Secretaria, fui Cónsul, Director
de Pasaportes del Servicio Consular, en
la Secretaria siempre me tuvieron mucha confianza, me pagaban el sueldo y me daban una compensación,
me decían que me serviría para jubilarme, que nunca me sirvió para eso. Esa compensación nada más la otorgaban al Secretario Canciller de
Relaciones Exteriores y a mí, por la confianza, porque fui un funcionario que
nunca tomé ni pedía un solo centavo, siempre considero que ayudé a la gente,
muchos años trabajé en Relaciones Exteriores y dejé mi expediente limpio.
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¿Conoció a muchas personas importantes en su trabajo?
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Sí, como no, llegue a hacer amistad con
Don Adolfo Ruíz Cortínez, que me decía que los tuxpeños no éramos buena gente, que
buena gente era la del puerto de Veracruz, le dije, no señor, Veracruz siempre
ha tenido gente buena, pero gente bonita la de Sinaloa y después Veracruz en
donde hay gente muy buena y después los tuxpeños. Don Adolfo me dijo, no, los tuxpeños, no, a
mí me trataron muy mal; intercedí por mis paisanos al decirle que Enrique
Rodríguez Cano era de aquí de Tuxpan y era buena gente, a lo que me contestó, Enrique es
de una ranchería, un pueblito del municipio de Tamiahua que se llama
Balcazar. Y todavía me dijo: como Enrique en diez millones
de personas nace uno como él, es una super alma de Dios.
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Usted estaba en la oficina de pasaportes ¿le firmó el pasaporte a muchos
ciudadanos?
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Ahorita no recuerdo, pero a todos, cuando estuvo el presidente Gustavo Díaz
Ordaz ordena a los consulados que no extendieran pasaportes, porque decía que
era un “coyotaje”. En la Secretaria sólo
firmábamos los pasaportes un señor de apellido Gómez, por cierto ya finado, y
yo. No recuerdo el nombre del señor
Gómez entrabamos a la oficina a las 7 de la mañana y salíamos a las 7 de la
noche, llegamos a firmar en la temporada que salían los niños de vacaciones, en
los meses de junio, julio y agosto, hasta cinco mil pasaportes diarios.
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Se hablaba en la década de los 70 que usted era el Embajador de Tuxpan en la
ciudad de México, por las facilidades que le prestaba a los paisanos, para
poder sacar su pasaporte ¿le orgullece esto?.
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Yo conocí en la capital a muchos tuxpeños, uno de ellos fue Don Jesús Reyes Heroles,
nos hicimos buenos amigos, incluso me pidió que dejara la SRE para irme a Pemex, lo cual agradecí,
pero soy diplomático de carrera, nunca deje el servicio diplomático.
-¿Conoció
a algunos tuxpeños más?
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Conocí a la familia Muñoz Gánem, a Vicente, Manolo que fue presidente
municipal, su papá Don Vicente que era el propietario del Super Manolo y Doña
Emma su esposa que para mí era una super señora, todos ellos muy buenas personas,
conocí a Ángel Álvaro Peña, a Lalo Mejía que debe estar en la gloria, era una bellísima
persona, Miguelito Basáñez Sorcini, que yo consideró que fue una de las
personas extraordinarias que ha tenido Tuxpan, y así yo atendía a todos los
tuxpeños.
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¿Que satisfacción siente usted al haber
trabajado tantos años en la Secretaria de Relaciones?
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Me quedó la satisfacción de haber ayudado a mucha gente, les pedía acta de
nacimiento, cartilla y si no llevaban esos
documentos, yo les daba un pasaporte provisional, por un año, 6 meses o por un
viaje, siempre ayudé a cambio de que no me fueran a dar un solo peso, nada, menos
dinero.
-¿Conoció
a artistas?
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Artistas conocí muchos, a Juan Gabriel lo conocí cuando salió de la cárcel, lo
ayudé, siempre me invitaba a sus Shows, ya no recuerdo más nombres, Olga Breeskin.
Todos fueron mis amigos y a todos ayudaba yo.
José Ángel “Mantequilla” Nápoles, el boxeador cubano que llegó a ser el
campeón mundial en esa época fue mi
compadre, le bautice un niño, no me acuerdo el nombre del niño, trate con
muchos boxeadores, muchos personajes.
-¿Ya
jubilado decidió regresar a su Tuxpan?
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Me sucedió una cosa muy curiosa. Deje de
venir muchos años a Tuxpan por mi
trabajo, en una ocasión que regresé venía dormido en el autobús, desperté y le
dije al chofer del autobús que yo no me podía bajar aquí, porque mi boleto lo
había comprado con destino a Tuxpan y me contestó la persona: ya estamos en
Tuxpan, mire, ahí está el hotel Pereda, el mercado, el río; no lo creía, todo
estaba muy cambiado, muy bonito, el puente.
Por eso me decidí regresar a Tuxpan ya jubilado. Ya tengo 14 años de haber regresado y ya no
me voy a ningún lado, aquí me quedo en mi pueblo tan hermoso y Bendito. Para mí, ¡arriba los tuxpeños y Tuxpan tan bonito!.